Florida, Venezuela

Estas fueron las revelaciones del ex jefe de inteligencia de Maduro al Washington Post

El exdirector del Sebin, Cristopher Figuera, en una larga entrevista con el diario The Washington Post, ratificó que el ministro de la Defensa y el presidente del Tribunal Suprema estaban comprometidos en el complot contra el gobernante venezolano, y certificó la presencia de cubanos, la guerrilla colombiana y Hezbollah en el país suramericano. Por Redacción MiamiDiario […]

Por Allan Brito
Estas fueron las revelaciones del ex jefe de inteligencia de Maduro al Washington Post
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El exdirector del Sebin, Cristopher Figuera, en una larga entrevista con el diario The Washington Post, ratificó que el ministro de la Defensa y el presidente del Tribunal Suprema estaban comprometidos en el complot contra el gobernante venezolano, y certificó la presencia de cubanos, la guerrilla colombiana y Hezbollah en el país suramericano.

Por Redacción MiamiDiario

El general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, musculoso hombre de 55 años cargaba el sello rojo de los verdaderos creyentes de la revolución, cultivado durante una década como jefe de seguridad de Hugo Chávez.  Estudió inteligencia en la Cuba comunista, y llegó al clímax de su poder en octubre, con su nombramiento como cabeza de la policía de inteligencia de Maduro: el SEBIN.

Aunque dice que sigue siendo chavista de convicción, el exjefe de exjefe de inteligencia de Venezuela, Cristopher Figuera, no se arrepiente de habérsele volteado a Nicolás Maduro el 30 de abril cuando se unió a un breve alzamiento militar en Caracas para derrocar al régimen socialista que tiene dos décadas instalado en Venezuela.

“Estoy orgulloso de lo que hice”, dijo el general Figuera en una entrevista con el diario The Washington Post, en la que revela más información sobre cómo se tejió la fallida conspiración contra el gobernante venezolano, en la que, según sus palabras, estaban implicados el propio ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino, y el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, con quienes dice que sostuvo varias conversaciones sobre el complot. “Por ahora el régimen nos sacó una morena. Pero eso puede cambiar rápidamente“.

Como jefe del SEBIN, Figuera lideró una agencia acusada de detenciones arbitrarias y torturas. Era uno de cinco oficiales venezolanos sancionados por la administración de Trump en febrero.

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Su camino ilustra las conceciones morales que los opositores de Maduro han estado dispuestos a hacer en su esfuerzo de remover a Maduro.

Figuera defiende su trabajo para avanzar al chavismo. Pero dice que se arrepiente de algunos de los excesos. “Tengo una gran deuda con la gente que sigue en la cárcel“, dijo Figuera reteniendo lágrimas. “La gente que se le murió familia y no los pudieron ni ver. Eso me quiebra”.

Continuó, “hay mucha gente ahí que es inocente, y yo tengo una deuda con ellos. No se hizo todo lo que se pudo. Yo pensé en algún momento que podría sensibilizar a Maduro. No pude“.

Jugada adelantada

Según su relato, todo estaba preparado para dar el paso de desconocer el régimen de Maduro, inclusive con una sentencia del Tribunal Supremo que restablecía todas las competencias a la Asamblea Nacional (declarada en desacato desde 2016), pero las dudas entre Padrino y Moreno, que aparentemente pedía mucho dinero y hasta asumir la presidencia del país de manera interina, terminaron por dar al traste con el movimiento.

Figuera afirma que el 29 de abril supo que escuadrones armados de civiles pro Maduro (que se les conoce como ‘colectivos’) estaban preparando un “ataque sanguinario” contra la marcha de protesta convocada por la oposición y eso hizo adelantar toda la jugada.

Maikel Moreno y la danza de los millones

En febrero, miembros de un grupo de empresarios venezolanos, incluyendo el magnate Raúl Gorrín, que fue sancionado por Washington y procesado por cargos de lavado de dinero, abordaron a los americanos con un plan. La clave: voltear a miembros leales del gobierno de Maduro, incluyendo el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno.

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Los empresarios estaban trabajando en convencer al jefe del Tribunal Supremo de Justicia de voltearse contra Maduro. Su plan, de acuerdo con varias personas involucradas: Moreno sacaría una sentencia que recuperaría la autoridad de la Asamblea Nacional controlada por la oposición. La asamblea que ya reconoció a Guaidó como presidente interino. Maduro sería forzado a salir.

Moreno se quedaría como jefe de Justicia en un gobierno transicional. Pero personas involucradas en las conversaciones dicen que Moreno también estaba pidiendo decenas de millones de dólares para “asegurar” votos en la corte y crear su propia red de seguridad. Figuera dijo que interceptó conversaciones de WhatsApp que indicaban que el total de efectivo que pedía Moreno llegaba a los $100 millones de dólares.

Corrupción C.A

Nunca vi la situación del país y la corrupción del gobierno tan de cerca como la vi en mis últimos seis meses”, dijo Figuera.

“Entendí que Maduro es la cabeza de una empresa criminal. Su propia familia está involucrada”. Figuera había comenzado a investigar a una compañía creada por un asistente del hijo de Maduro, Nicolás Maduro Guerra, que tiene 29 años. Había establecido un monopolio comprando oro de mineros artesanales al sur del país a precios de vaca flaca, para venderlo a precios elevados al Banco Central. Figuera estaba preparado para llevar la información a Maduro pero, dijo, un oficial cercano al presidente le recomendó no hacerlo.

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El exdirector de inteligencia también dijo que comprobó casos de lavado de dinero que involucraban al entonces vicepresidente Tareck El Aissami, que es ahora el ministro de industrias de Maduro y está acusado en Estados Unidos de narcotráfico.

Territorio de Irregulares

Según información de inteligencia que conoció en el desempeño de sus funciones, el grupo guerrillero colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN) opera en el sur del país con el consentimiento del régimen, activo en áreas mineras en el estado sur de Bolívar, prometiendo proveer una primera línea de defensa en caso de una invasión a Venezuela y células de Hezbollah se han establecido en Maracay, Nueva Esparta y Caracas.

“Descubrí que los casos de narcotráfico y de guerrillas no debían ser tocados”, dijo Figuera al Post, que además aseguró que Maduro es capaz de suspender una reunión de ministros para atender una llamada del exgobernante cubano Raúl Castro.

Pero las operaciones internas del gobierno divido entre oficiales en guerra  fue lo que le causó mayor desesperación.

Recordó una reunión con Iris Varela, la ministra de prisiones de Maduro, y Vladimir Padrino López, su ministro de defensa. Varela estaba pidiendo 30.000 rifles para inaugurar su propio ejército privado. “Dijo que tenía entrenados a varios prisioneros“, agregó Figuera. “Que ella era su comandante”.

Control Cubano

De acuerdo al testimonio de Figuera Maduro confía su seguridad personal en 15 a 20 cubanos. Algunos son militares, dijo Figuera. Pero tres cubanos, “los psicólogos” son asesores especiales que analizan los discursos de Maduro y su impacto en el público.

Figuera se reunía con Maduro varias veces a la semana, con el gabinete. Pero cuando solicitó una reunión privada con él este año, entendió que tenía que pasar por “Aldo”, un cubano.

“Y yo dije, ‘¿ya va cómo?’. ¿Yo soy su jefe de inteligencia y tengo que pasar por un cubano para poderme reunir con él?

Otra anécdota que pone en evidencia el control cubano se produjo en marzo cuande se ocurrieron los apagones  que paralizaron el territorio venezolano. Figuera y otros oficiales estaban en una reunión con Maduro cuando Raúl Castro llamó. Maduro agarró el teléfono y se fue a una esquina del cuarto para hablar con el ex presidente de Cuba.

Según Figuera cuando terminó la llamada Maduro parecía aliviado. Castro había prometido enviar un equipo de técnicos cubanos para ayudar a resolver el problema.

Raúl era como un asesor para Maduro“, dijo Figuera. “Si estaba en cualquier reunión, podía ser interrumpida si Castro llamaba“.

Punto de quiebre

En abril, Figuera envió un mensaje a Maduro en un maletín. Sólo Maduro y él sabían la clave. En la carta describió la situación del país como deplorable y le sugirió que llamara a elecciones.

Maduro le envió un mensaje de texto al día siguiente. “Me llamó cobarde. Derrotista“, Figuera dijo. “Ése fue el punto de quiebre, tenía que actuar”.

Figuera supo del plan del levantamiento del 1° de mayo. Moreno sacaría una sentencia reconociendo los poderes de la Asamblea Nacional. Padrino, ministro de Defensa, apoyaría la sentencia y forzaría a Maduro a salir.

Según Figuera, los conspiradores se pusieron nombres en código. Figuera, un afro-venezolano, era la “Pantera negra“.  César Omaña, un médico aventurero y empresario de 39 años nacido en Venezuela era “Superman“. Mauricio Claver-Carone, el director para Latinoamérica del Consejo de Seguridad Nacional, era “Comeniños“.

Pero se acercaba el 1° de mayo y Figuera comenzó a preocuparse. En una reunión el 23 de abril en la mansión de Moreno en Caracas, el jefe de Justicia parecía dubitativo. Sorprendió a Figuera y a Omaña sugiriendo que él, en vez de Guaidó, debía ser presidente.

El 27 de abril, Figuera se encontró con Moreno y Padrino en la casa de Padrino. “Fue una conversación corta”, dijo Figuera. “Ellos se miraban el uno al otro. Estaban nerviosos“.

iguera llamó a Padrino al día siguiente para asegurarse a sí mismo que el jefe de Defensa seguía dispuesto. Pero Padrino estaba viendo la película de “Avengers: Endgame” en el cine, dijo, y “no quería hablar”.

Oficiales de la oposición han dicho que adelantaron la fecha de la operación un día porque obtuvieron información de que Guaidó podía ir preso. Pero Figuera dijo que él fue el que aceleró el cronograma.

El 29 de abril, Figuera dijo, supo que los temidos colectivos de Maduro estaban preparando un ataque “sanguinario” en contra de la protesta del 1° de Mayo.

Le informó a Padrino del nuevo cronograma.”Loco”, le respondió Padrino. “¿Y la sentencia? ¿Cómo lo vas a hacer?”; “Pendiente. Eso viene”, respondió Figuera. “Si no el 1° de mayo va a ser fuerte… Hay que movernos rápido”.

Figuera y el resto de los conspiradores dicen que recibieron confirmación de que Moreno estaba listo para sacar la sentencia el 30 de abril.

Pero después de que vio el escepticismo de Padrino, comenzó a hablar con otros líderes militares, insistiendo que el plan tenía que adelantarse. Y se adelantó, pero en las horas tempranas de abril 30 también comenzó a derrumbarse.

Guaidó firmó un indulto para liberar a López de su casa por cárcel. Guaidó y López hicieron su aparición triunfante en la madrugada al lado de la base militar de La Carlota en Caracas, donde llamaron a la gente a unirse.

Figuera comenzó a moverse por Caracas para ver quién se estaba uniendo. Su teléfono sonó. Era su jefe.”Maduro estaba muy nervioso“, dijo Figuera. “Me preguntaba una y otra vez: ‘¿qué es lo que está pasando?’“.

Finalmente, como a las 6:30 de la mañana, Maduro le dijo a Figuera que se presentara en la prisión del Helicoide. Cuenta que llamó a Barbara Reinefeld, su esposa y le dijo que iba a tener que entregarse.

La esposa de Figuera que estaba con su familia en Miami cuando le contó del fallido plan y sobre la orden final de Maduro. Ella insistió que no se entregara. Que cruzara la frontera.
Figuera, contactando a militares en la zona, escapó del país, y llegó a la ciudad fronteriza de Cúcuta el 2 de mayo, donde lo recibieron miembros del servicio secreto colombiano.

Al día siguiente se reunió en Bogotá con oficiales de EEUU

Figuera dice que sus primeras reuniones e interrogatorios con oficiales han sido complicados. Ha reconocido a Guaidó como presidente legítimo, pero sigue siendo, de corazón, chavista. Él y otros temían que su vida estaba bajo amenaza de guerrillas colombianas alineadas con el gobierno venezolano.

Dice que se arrepiente de algunas de sus acciones, pero no todas. “Si yo te dijera que soy la Madre Teresa de Calcuta, no me tomarías en serio. Sería sospechoso”, dijo.

Con información deInfobaey Univisión

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