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10 claves para entender por qué los disturbios se han extendido por Estados Unidos

Solo este fin de semana unas 2.500 personas fueron detenidas en EEUU en unos disturbios que ya se han extendido a 75 ciudades de los Estados Unidos. Por Redacción MiamiDiario  No se había visto una situación así ni en 1968, el año en que murieron casi 17.000 estadounidenses en Vietnam y estallaron terribles disturbios tras […]

Por Allan Brito
10 claves para entender por qué los disturbios se han extendido por Estados Unidos
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Solo este fin de semana unas 2.500 personas fueron detenidas en EEUU en unos disturbios que ya se han extendido a 75 ciudades de los Estados Unidos.

Por Redacción MiamiDiario

 No se había visto una situación así ni en 1968, el año en que murieron casi 17.000 estadounidenses en Vietnam y estallaron terribles disturbios tras el asesinato del líder negro Martin Luther King. Se han vivido protestas de extrema violencia e incontables escenas de brutalidad policial, se ha movilizado a 5.000 soldados para patrullar las calles y en más de 20 ciudades han impuesto el toque de queda.

Ahora han muerto más de 100.000 por el coronavirus y los disturbios han comenzado tras la muerte de un hombre negro llamado George Floyd.

1.-La chispa: una muerte 

A las ocho de la tarde del pasado lunes, la policía acudió a una tienda de Minneapolis donde George Floyd había usado, presuntamente, un billete falso de 20 dólares. Cuatro agentes lo detienen, lo esposan y mientras está tumbado en el suelo, uno de los policías le aplasta el cuello con su rodilla durante ocho minutos. En las diferentes grabaciones no se aprecia que ofreciera ninguna resistencia y se escuchan sus súplicas al agente porque no puede respirar, así como las de varios testigos. Para cuando el policía se levanta de su cuello, George Floyd ya no tiene pulso y es declarado muerto en el hospital. Los cuatro agentes fueron despedidos y el responsable de la muerte está además en prisión acusado de asesinato, aunque podría salir bajo fianza.

En las horas siguientes, el video vuela. Millones de estadounidenses ven a George Floyd decir “no puedo respirar”, las mismas últimas palabras que pronunció Eric Garner en 2014 cuando murió a manos de otro policía blanco que le había detenido por vender cigarrillos sin permiso.

En Minneapolis un negro tiene nueve veces más posibilidades que un blanco de ser detenido por un delito menor, pero no es un problema local: en EEUU un afroamericano tiene tres veces más posibilidades que un blanco de morir a manos de la policía.

 Al movimiento ‘Black Lives Matter‘ (las vidas negras importan) le sobran razones para protestar y una de las principales es la impunidad: el 99% de los agentes que matan no son siquiera imputados y de ese 1%, tres cuartas partes no son condenados.

2.- ¿Manifestación= Destrucción?

Es difícil responder a esa pregunta. El día después de la muerte de Floyd ya se vieron en Minneapolis grandes manifestaciones de protesta, pacíficas y multirraciales, pero esa noche empezaron también los primeros conatos de violencia.

En las siguientes noches grupos incontrolados prenden fuego a varios edificios y la protesta gana en agresividad mientras se extiende a otras ciudades.

Tras solo dos días de protestas el gobernador demócrata de Minnesota anuncia que “la situación ya no tiene absolutamente nada que ver con el asesinato de George Floyd, sino con atacar a la sociedad” y el alcalde izquierdista de Minneapolis habla de “terrorismo doméstico” y apunta a grupos supremacistas blancos llegados de fuera de la región para provocar el caos. Trump, en cambio, culpa a la extrema izquierda.

Este fin de semana ha sido el estallido definitivo. Se han visto escenas de muchísima violencia en varias ciudades, incluidas Nueva York y Los Ángeles. A la par, la policía se emplea cada vez con mayor dureza. Se dan paradojas como que en Atlanta los manifestantes revientan las ventanas de la sede de la CNN mientras que un equipo de la cadena de noticias es detenido en directo por la policía en otra protesta.

Algunos organizadores de manifestaciones han llegado a cancelarlas por temor a que grupos extremistas “las secuestren” y acaben en más violencia. Siguen produciéndose muchas protestas pacíficas, pero al caer la noche hay problemas en todas las grandes ciudades.

3.-Respuesta de las autoridades

Durante la última semana ha habido multitud de ejemplos de policías que no solo comprendían las razones de los manifestantes, sino que se unían a ellos en muchas ciudades.

Sin embargo, la radicalización creciente de las protestas en los últimos días ha tenido un efecto claro. El apoyo político de gobernadores y alcaldes se ha reducido mucho y la policía parece contar con su beneplácito para acabar con los disturbios con más mano dura. Se ven cada vez menos agentes con su uniforme normal y más antidisturbios completamente equipados.

Para reforzar a los departamentos de policía, los gobernadores activaron a más de 5.000 militares reservistas de la Guardia Nacional que ya patrullan en 15 estados y en la capital. Trump ha ofrecido además a tropas del ejército regular, pero de momento ningún estado ha solicitado su despliegue.

4.-Trump incendiario

Trump pide dureza a los alcaldes y a los gobernadores sugiriendo que “cuando empiezan los saqueos, empiecen los disparos” y también fantasea con azuzar a “los perros más violentos” contra los manifestantes que protestan frente a la Casa Blanca.

Todo esto no solo lo dice por su conocida simpatía hacia los discursos de mano dura, sino que también encierra una estrategia política antigua pero efectiva: A los republicanos siempre les ha venido bien el desorden en la calle, porque llevan definiéndose como el partido de la autoridad desde que Nixon llegó a la Casa Blanca con su campaña de “ley y orden” frente a los disturbios de 1968 y las protestas contra la guerra en Vietnam.

Trump y sus asesores saben que cuantas más imágenes de negocios ardiendo haya en la televisión, mejor para él. Que cuanto menos se hable del coronavirus y sus 100.000 muertes en EEUU, más cerca estará de la reelección. Que si el votante centrista llega asustado a las elecciones del 3 de noviembre, él estará en mucho mejor situación para vencer a Joe Biden.

El presidente condenó la muerte de George Floyd y prometió una investigación, pero los disturbios le ofrecen la oportunidad de moverse hacia un discurso que rara vez falla en la política estadounidense: el de que los demócratas son unos blandos.

5.- Identidad compartida

Incidentes como la muerte de Floyd pueden “convertirse en un desencadenante, porque simboliza una experiencia más amplia, entre un número mucho mayor de personas, sobre la relación entre la policía y la comunidad negra”, dice a BBCMundo el profesor Clifford Stott, experto en comportamiento de multitudes y vigilancia del orden público en la Universidad de Keele.

Las confrontaciones son particularmente probables cuando hay desigualdades estructurales, agrega.

6.- Nosotros contra ellos

Las protestas violentas son menos probables cuando la policía tiene una buena relación con la comunidad local, pero la forma en que reaccionan a las manifestaciones en el día de la acción también es importante, dicen los expertos.

“Los disturbios son producto de interacciones, en gran medida relacionadas con la naturaleza de la forma en que la policía trata a las multitudes“, considera Stott.

Aunque haya una gran multitud de manifestantes, las tensiones pueden comenzar con solo unas pocas personas que se enfrenten a la policía. Sin embargo, “la policía a menudo reacciona ante la multitud como un todo“, y si la gente siente que el uso de la fuerza policial contra ellos no está justificado. Esto aumenta su mentalidad de “nosotros contra ellos”.

Ese último elemento “puede cambiar la forma en que las personas se sienten sobre la violencia y la confrontación; por ejemplo, pueden comenzar a sentir que la violencia es legítima dadas las circunstancias”.

Darnell Hunt, decano de ciencias sociales en la Universidad de California en Los Ángeles, cree que la policía en Estados Unidos “aumentó su agresividad” durante el fin de semana.

“Desplegar la Guardia Nacional, usar balas de goma, gases lacrimógenos y gas pimienta, estas son una variedad de tácticas policiales que pueden exacerbar una situación ya tensa”. Es un patrón que también se ha visto en otras protestas en todo el mundo.

Stott argumenta que las fuerzas policiales que han invertido en capacitación de reducción de la escalada tienen más probabilidades de evitar la violencia en las protestas.

Y pone de ejemplo las protestas que se mantuvieron pacíficas durante el fin de semana, como las de Camden, Nueva Jersey o Coral Gables, en Florida, donde los oficiales se unieron a los residentes en una marcha contra el racismo.

7.- Sicología moral

La sicología moral puede ayudar a explicar por qué algunas protestas se vuelven violentas, dice a BBCMundo Marloon Moojiman, profesor asistente de comportamiento organizacional en la Universidad de Rice.

El sentido de moralidad de una persona es fundamental para la forma en la que se ve a sí misma, por lo que “cuando vemos algo inmoral nos crea sentimientos fuertes, porque sentimos que nuestra comprensión de la moralidad debe ser protegida“.

“Esto puede anular otras preocupaciones que las personas tienen sobre el mantenimiento de la paz”, porque “si crees que el sistema está roto, querrás hacer algo realmente drástico para demostrar que eso no es aceptable”.

La investigación sugiere que las redes sociales también podrían hacer que las personas sean más susceptibles a respaldar la violencia, si creen que sus amigos tienen los mismos puntos de vista morales que ellos, agrega.

https://twitter.com/JosManu2807/status/1267293026520576000

8.- Saqueo y vandalismo … algo complejo

En EE.UU. cientos de empresas han resultado dañadas y ha habido un saqueo generalizado en Los Ángeles y Minneapolis durante el fin de semana.

Sin embargo, Stott advierte que si bien es fácil suponer que los disturbios y las multitudes son “irracionales y caóticos”, nada de eso es cierto. “Es altamente estructurado y significativo para las personas que participan en ellos. Hasta cierto punto, el saqueo es una expresión de poder, dice.

En esa línea, “los ciudadanos negros pueden haberse sentido sin poder en relación con la policía, pero en el contexto de un disturbio, los manifestantes se vuelven momentáneamente más poderosos que la policía”.

El estudio de disturbios anteriores muestra que con frecuencia los lugares que son saqueados suelen tener que ver con grandes empresas, y que el pillaje “a menudo se relaciona con la sensación de desigualdad en las economías capitalistas“, dice.

Sin embargo, tanto Stott como Hunt advierten que el saqueo es complicado, especialmente porque en ella participan actores con diferentes motivaciones, incluidas personas en situación de pobreza y delincuentes organizados.

9.- Determinadas por los orígenes

La idea de que las protestas violentas son eventos específicos y significativos para los participantes también puede explicar por qué el saqueo ocurre en algunas manifestaciones, pero no en otras.

En Hong Kong, por ejemplo, los manifestantes rompieron escaparates, lanzaron bombas de gasolina a la policía y desfiguraron el emblema nacional, pero no hubo saqueos. Lawrence Ho, especialista en gestión policial y de orden público en la Universidad de Educación de Hong Kong, cree que esto se debe a que esas protestas fueron provocadas por acontecimientos políticos, en lugar de a la discriminación y desigualdad social.

10.-Prevenir la violencia

Los expertos en orden público dicen que para la policía es clave ser considerada un ente legítimo. “Una buena actuación policial trata de evitar la mentalidad del “nosotros” y “ellos”, y también la sensación de que la policía puede actuar de manera que la gente considere ilegítima”, dice Stott.

Ho también cree que la negociación es la mejor manera para eludirlo. Pero “una de las cosas más difíciles hoy en día es que muchas protestas no tienen un líder. Si no puedes encontrar al líder, no puedes negociar con ellos“, matiza.

Fuentes: El Diario/ BBCMundo

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