Destacado, Estados Unidos, Florida

¡30 horas! Viaje de Nueva York a Miami en tren Amtrak

Hay varias opciones a la hora de escoger el medio de tranporte para realizar un viaje, bien sea auto, avión, tren o barco siempre las experiencias son diversas y a veces difíciles de asimilar. Este es el caso de un viajero que decidió probar suerte con un viaje desde Nueva York a Miami en tren […]

Por Allan Brito
¡30 horas! Viaje de Nueva York a Miami en tren Amtrak
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Hay varias opciones a la hora de escoger el medio de tranporte para realizar un viaje, bien sea auto, avión, tren o barco siempre las experiencias son diversas y a veces difíciles de asimilar.

Este es el caso de un viajero que decidió probar suerte con un viaje desde Nueva York a Miami en tren Amtrak.

Al contar su experiencia en Insider, expuso haber volado unas cuantas veces durante la pandemia y me pareció que llevar una máscara todo el tiempo y sentarme incómodamente cerca de otros pasajeros era menos que deseable.

Pensé en probar otro medio de transporte esta vez y pensé que tener una habitación en un tren donde pudiera cerrar la puerta y estar solo sería más cómodo.

Aunque el viaje en tren era más caro que un vuelo económico a Miami, y tardaba 10 veces más, reservé mi billete.

El billete costaba unos 500 dólares. Dependiendo del día, un vuelo de Nueva York a Miami en clase económica básica podía costar unos 50 dólares. Así que estaba ansioso por ver si valía la pena el tiempo y el dinero extra gastado.

Como alguien que sufre de ansiedad al viajar, la duración del viaje me pareció abrumadora. Me resulta difícil relajarme cuando voy de un destino a otro y, por alguna razón, me costó ver el tren como un destino en sí mismo.

El constante movimiento del tren tampoco ayudaba. De hecho, acabé sintiéndome un poco mareado.

La espera en la estación de tren se parecía mucho a la de un aeropuerto, pero con menos seguridad. Mi billete de tren me permitió entrar en la sala de espera, donde me senté hasta que llegó la hora de embarcar.

El pasillo era tan estrecho que sólo se podía caminar en fila india.

La Roomette es un espacio privado con una puerta y persianas que cubren las ventanas.

En su interior hay dos asientos enfrentados, una mesa que se despliega en medio y una cama que se despliega sobre los asientos. Los asientos también se convierten en una cama.

Con el asiento bajado y el lavabo plegado, nunca se sabría que hay un baño en la habitación.

Sólo hay unas pocas personas a las que les haría el número dos, pero prefiero estar solo.

Hace una década, puede que hubiera tenido un problema mayor con la situación del baño junto a mi cama en la Roomette. Pero, por suerte, había metido en la maleta un Poo Pourri, un spray que se pone en el retrete justo antes de hacer caca para eliminar los olores.

En mi opinión, hacer un viaje largo en tren es muy parecido a hacer un viaje por carretera: si consideras que el trayecto forma parte de las vacaciones, quizá te merezca la pena.

Pero, personalmente, cogeré un vuelo la próxima vez que quiera salir de la ciudad durante una semana.

Relacionados