El presidente Joe Biden tuvo este martes su primera llamada con el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, en la que expresó su preocupación por el arresto del líder de la oposición Alexei Navalny y lo presionó sobre la participación del país en una campaña masiva de ciberespionaje y recompensas por la muerte de tropas estadounidenses en Afganistán, según dijeron dos altos funcionarios de la administración.
Biden ha buscado establecer una ruptura brusca con la cálida retórica que a menudo mostraba su predecesor, Donald Trump, hacia Putin, reportó AP.
Pero el nuevo presidente también buscó dejar espacio para la diplomacia y le dijo al líder ruso que las dos naciones deberían finalizar una extensión de cinco años de un tratado de control de armas antes de que expire a principios del próximo mes, según los funcionarios, que estaban familiarizados con la llamada pero no están autorizados para discutirlo públicamente.
A diferencia de sus predecesores inmediatos, Biden no ha tenido esperanzas de un “reinicio” en las relaciones con Rusia, sino que ha indicado que quiere manejar las diferencias con el antiguo enemigo de la Guerra Fría sin necesariamente resolverlas o mejorar los lazos.
Y, con una agenda doméstica pesada y decisiones inminentes necesarias sobre Irán y China, una confrontación directa con Rusia no es algo que él busca.
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