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Científicos hallaron una nueva terapia para la enfermedad del hígado graso

En un nuevo estudio de la Universidad de Michigan, los investigadores encontraron una nueva terapia potencial para tratar la enfermedad del hígado graso. En esta patología la grasa de una persona va a su hígado en lugar de a su tejido graso, ya sea debido a la ausencia de depósitos de grasa, que se observa […]

Por Allan Brito
Científicos hallaron una nueva terapia para la enfermedad del hígado graso
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En un nuevo estudio de la Universidad de Michigan, los investigadores encontraron una nueva terapia potencial para tratar la enfermedad del hígado graso.

En esta patología la grasa de una persona va a su hígado en lugar de a su tejido graso, ya sea debido a la ausencia de depósitos de grasa, que se observa en la lipodistrofia, una enfermedad genética rara, o porque los depósitos están demasiado llenos, como se observa en personas con obesidad.

Un tercio de estas personas desarrollará esteatohepatitis no alcohólica o NASH, una forma avanzada de enfermedad del hígado graso provocada por la inflamación progresiva y la cicatrización en el órgano.

En 2002, el equipo descubrió que los pacientes con lipodistrofia grave carecen de leptina, una hormona que ayuda a frenar el apetito y controlar el aumento de peso. Este es un problema de salud en el que hay una distribución anormal de la grasa en el cuerpo y cuando se administra leptina como suplemento, las anomalías metabólicas graves del paciente, como la EHNA, mejoraron considerablemente.

En el estudio actual, encontraron que los pacientes con NASH y niveles relativamente bajos de leptina pueden movilizar la grasa adicional en su hígado, fuera de su hígado, y ayudar a revertir su condición al someterse a terapia con leptina.

Tener obesidad e hígado graso con inflamación aumenta el riesgo de Covid-19  grave

El equipo probó el efecto de la leptina tanto en aquellos con lipodistrofia parcial familiar como en aquellos que simplemente presentan NASH.

Los ensayos consistieron en pacientes masculinos porque entre el 35 y el 40% de los hombres que tenían niveles de leptina medidos tenían niveles inferiores al percentil veinticinco de su peso corporal, lo que los convierte en candidatos ideales para el estudio.

Se encontró que ambos grupos tenían grasa reducida en el hígado y puntajes más bajos de NASH después de 12 meses de terapia con leptina. Los pacientes también habían mejorado la sensibilidad a la insulina y el peso corporal.

Los hallazgos solo son aplicables a la leptina, pero el equipo cree que otras moléculas o tratamientos que activan la leptina en el cuerpo podrían ser de interés en estudios futuros en un intento por ampliar la ventana terapéutica para estos pacientes.

Una vez que se establece la obesidad, se obtiene poca ganancia al administrar leptina a alguien.

Sin embargo, un paciente en el estado de sobrepeso temprano puede obtener valor al someterse a la terapia con leptina, lo que inspiró al equipo de investigación a estudiar la leptina como una opción de control de peso preventivo en aquellos en riesgo de cruzar el umbral de obesidad y desarrollar más grasa en el hígado.

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