Estados Unidos, Florida

Compleja situación para nuevos inmigrantes apostados en Florida

La política migratoria de la administración de Donald Trump, de separar a hijos de sus padres, al momento en que estas familias extranjeras intentan ingresar o pedir asilo de forma ilegal a los Estados Unidos, ha causado gran indignación, tanto a lo interno de la nación, como en el resto del mundo. No obstante, el […]

Por Allan Brito
Compleja situación para nuevos inmigrantes apostados en Florida
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La política migratoria de la administración de Donald Trump, de separar a hijos de sus padres, al momento en que estas familias extranjeras intentan ingresar o pedir asilo de forma ilegal a los Estados Unidos, ha causado gran indignación, tanto a lo interno de la nación, como en el resto del mundo.

No obstante, el pasado 20 de junio el presidente Trump revocó esa política de su gobierno. Sin embargo, continúa la preocupación por la situación de unos 2.300 menores que siguen alejados de sus padres.

En este sentido, hace cinco meses, el gobierno federal envió un aviso al gobernador Rick Scott y a los miembros del Congreso de Florida, pues estaba reabriendo un refugio para “niños extranjeros no acompañados” a 35 millas al sur de Miami.

Se trata del refugio Homestead, dirigido por un contratista privado de la Florida, para el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU.; el cual se ha convertido en un punto álgido, en medio de un alboroto por la política de inmigración del separar familias —práctica supuestamente revocada—, pero que aún se evidencia su práctica, pues cientos de niños migrantes enviados allí habían pasado desapercibidos, hasta que se les unieron más menores, quienes  fueron arrancados de sus padres en la frontera en las últimas semanas.

A esta situación de tensión a nivel de la opinión pública, nacional e internacional, se suma el detalle de que el tema migratorio es bastante complejo. En efecto, el sistema estadounidense de aplicación de la ley de inmigración es un mosaico, que involucra a varias agencias federales, alguaciles locales, organizaciones sin fines de lucro, así como —cada vez más— a corporaciones políticamente influyentes, como GEO Group, con sede en Florida; es decir, todo un inframundo burocrático.

Prueba de esta complicada maraña, nos la muestra el hecho de que ni la oficina de Scott, ni el Departamento de Niños y Familias, proporcionaron una lista completa de las instalaciones federales de inmigración en Florida, alegando que los inmigrantes no están en el sistema estatal.

Florida en el sistema migratorio

El papel clave de la Florida en el sistema nacional de detención no se conoció públicamente hasta que a mediados de junio se supo que más de mil niños fueron alojados en un antiguo centro de capacitación laboral en Homestead, incluyendo al menos 70 niños que fueron separados de sus familias.

Los políticos —principalmente demócratas— corrieron a los refugios y exigieron acciones inmediatas. Otros, incluido el gobernador republicano, dijeron que se oponían a la separación de niños de sus padres, pero que no habían tomado muchas medidas, lo que parecía subrayar la política traicionera de la inmigración en un año electoral.

“Es un tema controvertido y complicado”, dijo Frank Sharry, director ejecutivo del grupo de reforma migratoria America’s Voice. “Somos un país que está en guerra consigo mismo sobre cómo reconciliamos el hecho de ser una nación de inmigrantes y una nación de leyes. El mantenerlos fuera o dejarlos entrar en la lucha da como resultado mandatos conflictivos y una falta de coherencia”.

Otros efectos de la política migratoria

Muchos más adultos indocumentados son detenidos en la frontera, recogidos después de paradas de tráfico, por cometer un delito, o simplemente arrestados ​​en redadas en todo el país, que se han vuelto más frecuentes desde que Trump asumió el cargo.

Algunos están recluidos en las cárceles del condado de Florida en lugares tan remotos como Crawfordville, Macclenny, Naples y Keys, lo que dificulta que las familias puedan contactarlos.

Por su parte, el estado de Florida registró el mayor porcentaje de aumento de arrestos de inmigración en el país durante 2017, según un informe del Centro de Investigación Pew. Estos adultos se procesan a través del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), una división de Homeland Security.

ICE tiene varios centros de detención en Florida, pero solo uno es operado directamente por la agencia: Krome Service Processing Center, una instalación de 600 camas en Miami-Dade, que solía ser una base de misiles de la Guerra Fría. El mayor Centro de Transición de Broward, de 700 camas, en Pompano Beach, está gestionado por The GEO Group, que tiene contratos de inmigración en todo el país, además de administrar numerosas prisiones privadas, incluidas cinco en Florida.

Paradójicamente, la instalación de Broward pintada de rosa, que GEO opera con un contrato de más de 20 millones  de dólares anuales, ha generado gran controversia en los últimos años, ya que ha manejado a cientos de personas sometidas a largas estadías, a pesar de haber sido detenidas por ofensas menores.

Por su parte, el alguacil de Pinellas, Bob Gualtieri, dijo que la cárcel del condado en Clearwater cumple y excede todos los estándares federales, y que su gerencia tiene una relación de trabajo productiva con ICE, quienes les hacen visitas —al menos— una vez al año. “Vienen e inspeccionan nuestra cárcel para asegurarse de que estamos cumpliendo con los estándares”.

Sin embargo, los inmigrantes son alojados en cárceles, junto a personas acusadas de violaciones criminales, argumentó Jessica Shulruff Schneider, abogada y directora de detención de Americans for Immigrant Justice.

Jessica Shulruff Schneider agregó: “Las leyes de inmigración son civiles, no son criminales. Por lo general, creemos que los inmigrantes no deben ser considerados en un entorno de detenidos, mientras están a la espera de una audiencia sobre un caso de inmigración. La mayoría de ellos deben ser liberados bajo su propia responsabilidad o algún tipo de vínculo para que puedan permanecer con sus familias.”

Pero la realidad es que —por el contrario— muchos estadounidenses están de acuerdo con un enfoque más estricto que Trump hizo una pieza central de su campaña, como son las fronteras.

Sin duda, el tema de la política migratoria de los Estados Unidos y, en especial, lo que sucede en el estado de Florida, es un tema sumamente espinoso, donde están involucrados demasiados actores, mientras los ciudadanos en situación de ilegalidad que buscan resolver su situación, separados o no de sus familias, continúan viviendo una pesadilla en una gran nación de inmigrantes.

Fuentes: Miami Herald / BBC News Mundo

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