Economía, Florida

Construcción un casino en Miami desata una declaración de guerra

Un plan de los dueños de Magic City Casino para construir una sala de póquer y un frontón de jai-alai en medio del floreciente distrito de Edgewater, en Miami, parecía que iba a pasar inadvertido por el público, hasta que los reguladores de juego en Florida aprobaron el permiso la semana pasada. Pero ahora el […]

Por Allan Brito
Construcción un casino en Miami desata una declaración de guerra
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Un plan de los dueños de Magic City Casino para construir una sala de póquer y un frontón de jai-alai en medio del floreciente distrito de Edgewater, en Miami, parecía que iba a pasar inadvertido por el público, hasta que los reguladores de juego en Florida aprobaron el permiso la semana pasada. Pero ahora el asunto salió a la luz.

El pasado lunes, algunos de los pesos pesados del comercio y la cultura de la ciudad, incluido el magnate de las ventas de automóviles, Norman Braman, y el urbanizador Jorge Pérez, declararon la guerra a la instalación de juegos, llamándola de todo, desde idiota hasta vergonzosa.

En asociación con otras luminarias y personalidades que se han pronunciado en contra de los casinos, como el presidente de la Fundación Knight Alberto Ibargüen, el urbanizador Armando Codina y el urbanizador del Design Disctrict de Miami Craig Robins, Braman y Pérez dicen que han comenzado a explorar desafíos legales y políticos a nivel estatal y local para detener el proyecto aún sin nombre.

“Haré todo lo que esté en mi poder para oponerme a esto, bloquearlo y eliminarlo”, dijo Pérez en una entrevista telefónica desde Italia. Pérez es presidente y CEO de Related Group, que ha erigido varias torres de condominios en Edgewater. “Miami ha crecido maravillosamente en las últimas dos décadas en una ciudad real donde la cultura está prosperando. Los vecindarios y el downtown se están poblando con jóvenes y familias. Se está llenando con el arte y los negocios. Cualquier tipo de casino en el centro de la ciudad sería horrendo.

Quien está detrás del plan es West Flagler Associates, es una empresa controlada por la familia que también posee y opera Magic City, antigua Flagler Dog Track. La semana pasada, la empresa recibió un permiso denominado verano jai-alai de la División estatal de Apuestas Pari-Mutual. Según las complejas  leyes de juego de la Florida, ese permiso requiere que West Flagler tenga juegos de jai-alai limitados en una instalación en la cuadra del 3000 de Biscayne Boulevard, como la hoja de parra legal para abrir una sala de póquer mucho más lucrativa todo el año.

El vicepresidente de West Flagler, Isadore “Izzy” Havenick, dijo que la instalación sería uno de los inquilinos en un nuevo complejo planeado por Crescent Heights, del urbanizador de Miami Beach, Russell Galbut, propietario de la mayor parte de esa cuadra. Eso colocaría los juegos de azar a poca distancia del Design District, donde están los concesionarios automotrices de Braman y la construcción mayor y más reciente de Related en Edgewater: Paraiso Bay, con tres torres. También estará a poca distancia del YoungArts, la fundación de jóvenes artistas radicada en el antiguo edificio de Bacardi.

Havenick dijo que esperaba cierta oposición a los locales de juego, especialmente de Braman y Codina, ambos activistas contra los casinos desde hace mucho tiempo, y agregó que se pondrá en contacto con ellos para explicar el proyecto y “aliviar sus preocupaciones”.

Otras opiniones

“Como residente de ese vecindario, no creo que sea algo malo para el vecindario”, dijo Havenick. “Esta será una buena atracción. No va a ser nada más que póker y jai alai. Hemos dicho todo eso. No es un casino. Es simplemente póker en un área que tiene muchas otras formas de entretenimiento, y esta es otra forma hacer eso.

Adicionalmente, Pérez, Braman y Codina insistieron en entrevistas por separado que la extraña combinación de jai-alai y sala de póker es solo un paso en la estrategia de la industria del juego para ganar gradualmente la aprobación de casinos de gran escala en Miami y en todo el estado debido a la indecisión de los legisladores.

Los críticos de ubicar un local de juegos en Edgewater dicen que corre el riesgo de erosionar años de paciente trabajo para transformar el downtown de Miami y los barrios otrora sórdidos al norte en un próspero centro cultural y residencial.

“Sería muy triste ver que dos familias con raíces establecidas en Miami dañen esta comunidad de esta manera, por una ganancia financiera”, dijo Pérez sobre el plan en Edgewater. “Me parece absolutamente absurdo”.

Robins, también un urbanizador pionero en la transformación de South Beach, agregó: “Esto reducirá drásticamente la calidad. Hará en esa zona lo que los bares y clubes sórdidos hicieron por Ocean Drive. Bajará el nivel de toda el área. Es una idea vergonzosa”.

Según un estudio de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, es probable que los casinos afecten el valor de las viviendas cercanas, generen empleos mal remunerados y aumenten las bancarrotas, el delito, el tráfico y la congestión.

Ibargüen destacó que la Knight Foundation ha invertido millones de dólares en programas e instalaciones culturales, así como en emprendimientos tecnológicos en el downtown, como medida para diversificar la imagen y la economía de Miami que, según él, revertirían “las salas de juego”.

Trucos del oficio

El jai-alai, un viejo deporte en extinción, experimentó un pequeño resurgimiento y West Flagler y otros operadores lo utilizan como un vehículo de expansión explotando un vacío legal en Florida. La ley concede un permiso de verano para jai-alai a la instalación parimutual de más bajo rendimiento en un condado.

Eso le permite a un operador con una temporada limitada de partidos de jai-alai abrir una sala de juego de cartas durante todo el año. El propietario de Hialeah Park, por ejemplo, construyó un frontón de jai-alai y una sala de póquer en Florida City el año pasado y rápidamente realizó 58 presentaciones de ocho juegos cada una para cumplir con el mínimo estatal. Luego suspendió el juego de jai-alai hasta mayo del 2019, cuando debe realizar al menos 58 presentaciones más para mantener abierta la sala de juegos.

West Flagler ahora está cambiando las carreras de perros en Magic City Casino por el jai-alai. La firma obtuvo un permiso para jai-alai en el verano del 2011, y luego solicitó con éxito un segundo permiso en Biscayne Boulevard, cuando un tribunal de apelaciones estuvo de acuerdo con su interpretación de una oscura norma al margen.

Braman y Pérez dicen que tienen abogados que investigan los posibles desafíos a la decisión del estado de otorgar o no los permiso correspondientes en la Ciudad de Miami. A primera vista, admitió Codina, la clasificación y zonificación para el uso de los terrenos de la propiedad de Crescent Height parece permitir el juego como entretenimiento, pero no está claro si el proyecto requeriría audiencias públicas o la aprobación de la Comisión de la Ciudad.

En cualquier caso, dijo Braman, tiene la intención de presionar a los funcionarios electos para detenerlo. Braman, haciéndose eco de otros críticos, dijo que sería escandaloso que se construyera un complejo de juegos en la ciudad, sin contar con el público o de sus representantes electos.

“No necesitamos apuestas en la ciudad de Miami”, dijo. “Estamos haciéndolo todo muy bien sin necesidad de eso. Las apuestas son un parásito, y esto es una invasión”.

Fuente El Nuevo Herald

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