¿Te has preguntado alguna vez por qué las personas consideran a muchos perros policías, como héroes? Lo cierto, es que estos animales suelen ser la primera línea de defensa en casos de búsqueda de criminales en lugares de difícil acceso. A pesar del peligro que corren, no dudan ni por un segundo en salvaguardar la vida de sus colegas humanos.
El pasado 27 de abril, salió a la luz una historia que conmocionó a miles de personas. Eran las 9:45 p.m. cuando la policía de Dallas, Texas respondió a una llamada de tiroteo. Al asistir al lugar, la policía descubrió que el sospechoso, Bryan Casillas, de 20 años, le disparó a dos personas dentro de una casa, después de ser confrontado por su música a todo volumen. Las dos víctimas, se encerraron en una habitación y llamaron a la policía mientras Casillas huía de la escena.
Los oficiales brindaron primeros auxilios a los heridos y llamaron a los bomberos de Dallas, quienes llevaron a las dos personas a un hospital local. De inmediato, comenzaron la búsqueda del agresor, con la ayuda de los agentes caninos que peinaron el área.
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Casi tres horas después del tiroteo oficial, a las 12:27 a.m, el 911 recibió una llamada decisiva. Alguien intentó ingresar por la fuerza a un complejo residencial cercano, por lo que los agentes tenían una idea de su ubicación.
Poco antes de las 2:00 a.m., el sargento Scott Jay, y su compañero, Figor encontraron un zapato y un rastro de sangre. Los dos uniformados presentían que el atacante estaría cerca. Además, estaban al tanto de que seguía armado, por lo que sus vidas corría peligro. Pero eso no los iba a detener en su labor.
Ambos se abrieron paso en la oscuridad, entre los árboles. De la nada, Figor descubrió al delincuente y sin pensarlo dos veces se le fue encima para inmovilizarlo de una mordida. Cuando el hombre cayó, logró agarrar su arma de fuego y le disparó al cuadrúpedo en el pecho.
Cuando Figor soltó la mordida, debido a su herida de gravedad, el antisocial centró su atención en el policía, a quien le disparó en dos ocasiones, una en el pecho y otra en la pierna.
El sargento Jay devolvió el fuego y logró neutralizar al agresor de varios impactos de bala.
A los pocos segundos llegaron los otros oficiales, que se encontraron con una escena lamentable. Casillas yacía muerto en el piso. Figor, estaba perdiendo sangre, con un hueco en el pecho. Mientras que el sargento Jay, también luchaba para mantenerse con vida.
Lo primero que hicieron fue aplicarle un torniquete en la pierna al sargento. Además, corroboraron que el chaleco antibalas le había salvado la vida y detuvo la otra bala antes que llegara a su pecho.
Posteriormente, lo llevaron a un hospital cercano donde atendieron sus heridas y luego le dieron de alta.
Mientras tanto, a Figor lo llevaron a un hospital veterinario de emergencia donde los médicos hicieron todo lo posible para salvar su vida. Afortunadamente, a las pocas horas lograron estabilizarlo y poco después lo dieron de alta, sin mayores secuelas físicas.
El pasado fin de semana, Figor se volvió a reunir con el sargento Jay, en un emotivo encuentro en el que celebraron estar con vida.
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