La tecnología es una constante en todos los ámbitos del ser humano, incluido el de las relaciones íntimas. Los dispositivos sexuales conectados o los robots inteligentes, creados también para este fin ya pueden ser adquiridos de una forma sencilla. Un ejemplo de este tipo de tecnología lo son las muñecas inflables que interactúan con el usuario.
Pero la tecnología ha ido avanzando, Sergi Santos Hernández, un catalán de Barcelona, es científico nanotecnólogo y ha creado a Samantha, que cuenta con grandes pechos, cintura diminuta, largo cabello castaño y ojos verdes, una muñeca tamaño natural que aprecia que le toquen los brazos, las caderas, el pecho y la cara. Sin embargo, según informa el portal especializado Geek, no es fácil de convencer: Samantha requiere un poco de vino y comida antes de ir más en profundidad en la relación. Incluso necesita de preliminares para desarrollar con normalidad su función sexual.
Pero el dispositivo ha dado un paso más allá y el nuevo prototipo mejorado de Samantha se apagará en el caso de que su poseedor no tenga determinadas muestra de respeto e incluso cariño, como caricias o palabras bonitas susurradas en su oído tecnológico; Samantha dice que no y se apaga. Esta nueva función viene a dar respuesta a una situación desagradable ocurrida el año pasado, cuando Samantha fue mostrada en una feria de electrónica, donde terminó con dos dedos rotos.
Fuente: Diario ABC
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