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El COVID-19 y la vista: los casos de miopía aumentaron durante la cuarentena

El confinamiento que hemos vivido por la crisis del coronavirus ha tenido muchas consecuencias en varios planos de nuestra salud. Este nuevo escenario ha provocado la aparición de situaciones de estrés y angustia en la vida cotidiana de los españoles, ya sea porque la paredes se venían encima o por el miedo a contraer el covid-19. Al igual […]

Por Allan Brito
El COVID-19 y la vista: los casos de miopía  aumentaron durante la cuarentena
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El confinamiento que hemos vivido por la crisis del coronavirus ha tenido muchas consecuencias en varios planos de nuestra salud. Este nuevo escenario ha provocado la aparición de situaciones de estrés y angustia en la vida cotidiana de los españoles, ya sea porque la paredes se venían encima o por el miedo a contraer el covid-19.

Al igual que nuestra mente se ha podido ver afectada por este encierro, nuestra vista también ha podido sufrir por culpa de esta particular reclusión.

Una de las consecuencias concretas que ha podido provocar es el aumento considerable de la miopía, según indican expertos de la Facultad de Óptica y Optometría de Terrassa (FOOT) de la Universitat Politècnica de Catalunya-BarcelonaTech (UPC). El crecimiento de las horas que pasamos viendo la televisión, el teletrabajo o las escuelas online para los niños son algunos de los factores por los que desde FOOT prevén “un incremento preocupante de casos de miopía”.

“Disponemos de evidencias científicas que demuestran que la aparición de la miopía tiene una relación muy clara con el entorno visual, sobre todo en niños y adolescentes. Las condiciones del confinamiento van en la línea contraria a los hábitos que ayudan a prevenir su aparición”, apuntan los especialistas catalanes.

La miopía afecta ya a 6 de cada 10 jóvenes universitarios de Cataluña como consecuencia de estilos de vida cada vez más sedentarios y de una exposición excesiva a los dispositivos digitales. En tiempos de covid-19, estos dos factores de riesgo se están agravando y pueden conllevar un aumento grave de los problemas de salud visual, especialmente en los niños y adolescentes, que son más vulnerables, ya que tienen un sistema visual en evolución y menos capacidad para autogestionarse en el uso de las pantallas.

Percepción

Por el momento se trata solo de una percepción, ya que todavía no ha dado tiempo a que aparezcan análisis concluyentes sobre este tema. “No puede haber estudios en tan poco tiempo, otra cosa es la impresión que puedan tener los profesionales”, aclara a El Confidencial Margarita Cabanás, oftalmóloga de la Clínica Baviera Sevilla.

La miopía puede aumentar cuando hay un enfoque de cerca continuado durante mucho tiempo. Esta anomalía que provoca que veamos peor de lejos “se puede presentar como una miopía funcional, que es reversible y más frecuentes en personas jóvenes. Pero otras veces se trata de una miopía objetivamente, que hace necesario el uso de lentes para enfocar bien”, señala la experta.

La especialista, que no ha observado un aumento significativo de casos de miopía en su clínica, apunta a que “otra cosa es que la gente tenga la sensación de ver peor o que acuse más las dolencias previas”. “Hemos estado mucho tiempo fijando la vista de cerca, esto produce fatiga y esfuerzos acomodativos muy grandes, que pueden provocar esa miopía funcional, que en realidad es una miopía falsa. En cualquier caso, habría que comprobar si realmente es estable o no”.

Meses forzando la vista

Cuando estamos fijando la vista tantas horas en distintas pantallas, como ha pasado estos meses, la atención mantenida provoca que disminuya mucho la frecuencia de parpadeo. “Esta disminución hace que la superficie del ojo, que tiene que estar perfectamente lubricada para estar sana, pierda hidratación porque se evapora antes la parte acuosa de la lágrima”, señala la oftalmóloga. “Eso conlleva que el ojo se seque más y aparezcan los típicos síntomas de sensación de arenilla, escozor y enrojecimiento, entre otros. Esta sobrexposición a las pantallas también puede provocar fatiga visual e, incluso, dolores de cabeza”, desarrolla la especialista.

Asimismo, Cabanás señala que cuando hacemos al ojo trabajar durante mucho tiempo de cerca, gracias al mecanismo ocular que se llama acomodación (que permite, simplificando, a las personas por debajo de los 40 ver perfectamente de cerca y que se va perdiendo con los años), se fatiga: “Se cansa de estar fijando la vista a una distancia corta y eso también puede provocar dolor de cabeza”.

Otra causa es que “a veces nos relajamos con los efectos de refracción y no nos corregimos con las gafas prescritas para leer o los niños para jugar con las consolas y hacer los deberes”.

“Si a eso sumamos que hay muchas personas que no tienen corregidos los efectos de refracción, pues más se incrementan los problemas”, añade.

Fuente: DW

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