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El musical sobre los inmigrantes, “Visa para un sueño”, vuelve 12 años después

Los retos de la vida de un inmigrante son el centro del musical “Visa para un sueño”, que vuelve a los escenarios de Miami doce años después de su estreno, porque a su creador, Raúl González, le parece que hoy en día los inmigrantes en Estados Unidos necesitan verse “inspirados, reflejados y respaldados”. EFE El […]

Por Allan Brito
El musical sobre los inmigrantes, “Visa para un sueño”, vuelve 12 años después
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Los retos de la vida de un inmigrante son el centro del musical “Visa para un sueño”, que vuelve a los escenarios de Miami doce años después de su estreno, porque a su creador, Raúl González, le parece que hoy en día los inmigrantes en Estados Unidos necesitan verse “inspirados, reflejados y respaldados”.

EFE

El musical se estrena este viernes en Miami con algunas novedades respecto a la puesta en escena original y con un elenco dispuesto a celebrar “a los valientes latinoamericanos que salieron de sus países buscando una nueva vida”, dijo Rodríguez a Efe.

“Visa para un sueño” nació de las notas tomadas por González, nacido en Venezuela de 46 años, durante sus conversaciones con inmigrantes latinos en distintas partes de Estados Unidos a lo largo de cuatro años.

“Me di cuenta que aunque todos creemos que nuestra historia es única, hay muchas partes similares”, señala este conocido presentador de televisión en Estados Unidos, gracias a programas como “Despierta América” y “Gran oportunidad”, en las cadenas Univision y Telemundo, respectivamente.

El artista venezolano también ha compuesto las 13 canciones de la obra y la está financiando con parte de su “patrimonio”.

La primera puesta en escena de “Visa para un sueño” fue vista por 24.000 personas.

Rodríguez se ha comprometido ahora a hacer 24 funciones en el teatro Actors Playhouse, en el área miamense de Coral Gables, y las entradas para el estreno ya están agotadas.

El clima político antinmigrante y la llegada masiva de nuevos latinoamericanos al país, principalmente venezolanos en Miami y centroamericanos en la frontera sur, inspiró a González a renovar su propuesta y volver a montar la obra.

El proyecto lleva ocho meses en marcha. “Somos muchos y para nadie esto es su trabajo principal”, reveló orgulloso de haberse tomado su tiempo para ofrecer “un teatro musical de calidad” y aseguró que han tomado nota de las producciones de Broadway, incluyendo la orquesta en vivo y un elenco de actores y bailarines de primera factura.

Aunque reconoce que el hablar de inmigración es ya de por sí una declaración política, González, quien legalizó su situación migratoria en Estados Unidos a partir de una lotería de visas, afirma que “el espectáculo no tiene ningún tinte político”.

Específicamente indica que no se trata de una crítica al presidente Donald Trump.”No vivo de eso (hacer política)”, aseguró. “Pero sí vivo de empoderar, con las ganas de tener una misión en la vida” y en este momento esa misión es que los inmigrantes se vean “inspirados, reflejados y respaldados”.

Con esto en mente, la obra cuenta con 13 números musicales, que van contando las experiencias que la mayoría de las personas con las que conversó tienen en común.

Según dice, son la valentía, el miedo a lo desconocido, la dificultad de aceptar cómo han cambiado en muchos casos su estatus profesional y social, la fe religiosa, la nostalgia por la tierra, la tristeza por dejar atrás a la familia y las ganas de salir adelante, entre otras.

González insiste en que no es una visión rosa del latino. “También tocamos temas como la discriminación entre nosotros mismos, entre otros asuntos complicados”, subrayó.

Un estreno en esta segunda puesta en escena de “Visa para un sueño” es la canción “Si me ganara la lotería”, pues González asegura que la mayoría de los latinos con los que ha estado en contacto tienen en la cartera una estampa religiosa y un cartón de lotería.

Otra novedad es la expansión notable del personal en escena y tras bastidores. Se ha triplicado para llegar a 51 personas de diez nacionalidades diferentes de América Latina.

González explicó que la variedad del elenco le ha permitido “no neutralizar, sino usar” los diferentes acentos y expresiones con los que se habla en castellano.

También decidió reflejar la diversidad cultural de la región a través de la música. En “Visa para un sueño” se escucha tango, merengue, salsa, reguetón, joropo y muchos otros ritmos de la América hispana.

Según González, la obra es tan universal que ya está en conversaciones con promotores de otras partes de Estados Unidos y de Latinoamérica para montarla en otros lugares. “Ese es el sueño”, reconoció.

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