Florida, Opinión

El Plan de Trump para Miami es aumentar trabajo y salarios (Opinión)

Después de feroces ataques por demócratas y en la prensa a raíz de la cumbre con el presidente ruso, el presidente Donald J. Trump mantiene o mejora su popularidad en las encuestas de opinión pública, alcanzando este 22 de julio el nivel más alto que jamás ha logrado en la encuesta de NBC News y […]

Por Allan Brito
El Plan de Trump para Miami es aumentar trabajo y salarios (Opinión)
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Después de feroces ataques por demócratas y en la prensa a raíz de la cumbre con el presidente ruso, el presidente Donald J. Trump mantiene o mejora su popularidad en las encuestas de opinión pública, alcanzando este 22 de julio el nivel más alto que jamás ha logrado en la encuesta de NBC News y el Wall Street Journal. No debe sorprender. A Trump lo atacan por la misma razón que se mantiene fuerte. Su política económica, para el país y para la Florida, es pro trabajador.

Por Michael P. Socarrás

La economía crece a un ritmo inusitado, pero eso no es suficiente explicación. Bill Clinton, implementador del Nafta, logró crecimiento económico pero su esposa perdió. La fortaleza de Trump se basa en que su política económica beneficia al chico y no solo al grande.

El plan de Trump para los trabajadores de Miami es el mismo que tiene para todo Estados Unidos. Consiste en reservar los puestos de trabajo para el americano, incluyendo al inmigrante documentado, con el fin de aumentar los salarios en el mercado laboral. Esto se produce controlando la frontera, o sea, reduciendo la inmigración y protegiendo al trabajador americano contra la competencia del trabajador extranjero, que generalmente trabaja barato.

El plan que Trump llama América Primero significa que nuestra primera responsabilidad solidaria es con nuestros trabajadores y nuestros pobres. Cuando la industria de construcción o del software contrata la mano de obra barata del extranjero, se les dice no, contraten americanos.

Miami ha sufrido más que cualquier otro lugar por las fronteras casi abiertas que mantuvieron los Bush, los Clinton y los Obama. ¿Cómo puedo decir eso siendo yo mismo refugiado cubano criado en Miami? ¡Porque es verdad! La inmigración convirtió a Miami en una gran ciudad, pero llegó el momento en que fue demasiado. La puerta del país se quedó demasiado abierta.

Cuando yo vine a Miami como refugiado a la edad de 12 años en 1973, mi papá reparaba televisores en Miami y mi mama cosía ropa en una factoría en Hialeah. George H.W. Bush, Bill Clinton y George W. Bush acabaron con la industria textil en la Florida, permitiendo que los fabricantes emplearan mano de obra barata en Centroamérica y Asia para importar la ropa. La llegada descontrolada de inmigrantes en la Florida igualmente hizo imposible cualquier aumento significante de sueldos, pues la clase patronal siempre tenía disponible un recién llegado barato.

El plan de Donald Trump para Miami consiste en cerrar un poco la puerta detrás del recién llegado, con el fin de obligar a la clase patronal a pagar sueldos más altos. Combinado con el estímulo fiscal por la reducción de impuestos, la renegociación del comercio exterior, y la reducción de regulaciones anticapitalistas, el control de las fronteras reduce el número de recién llegados, protege la producción nacional y causa una escasez de mano de obra para que aumenten los salarios. El beneficio para los empleadores es el crecimiento económico.

Igual que Ronald Reagan, fiel admirador de Franklin Roosevelt, Donald Trump combina la política demócrata pro trabajador con la política republicana pro crecimiento, pero añade algo más. Reconociendo que la guerra fría terminó, Trump se opone a que seamos el policía del mundo. Con China, Rusia, Corea e Irán, que nos pueden amenazar, se mantiene fuerte pero no interviene y busca paz. Con Cuba y Venezuela, países destrozados, presiona por los derechos humanos.

¿Es verosímil que el billonario Donald Trump sea pro trabajador? En la entrevista que la CNN le hizo en la sala de la convención republicana de 1988, Larry King le preguntó a Trump si era republicano estilo Bush o Rockefeller. Dijo que no. Explicó que la gente que siempre le ha gustado son los taxistas y los trabajadores, porque compite con los ricos para ganarles. Ha seguido la misma política por 30 años y ahora está cumpliendo lo que prometió hacer.

El trabajador floridano entiende que ni la prensa latina, que se interesa en la entrada libre de nuevas audiencias hispanoparlantes, ni la clase política floridana, que trabaja por los aportes de campaña de la clase patronal, le va a decir que Trump es pro trabajador. Por eso hacen caso omiso a las desatinadas críticas, gozan la paz y la prosperidad, y respaldan al presidente.

Michael P Socarrás es Abogado en Washington, D.C.

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