Flanqueado por media docena de diputados, el sheriff de Brevard Wayne Ivey hizo una visita nocturna sin previo aviso a la casa de Grant-Valkaria de la viuda de Gregory Edwards que exige la liberación de un video de la cárcel que muestra un enfrentamiento que llevó a la muerte de su marido.
Por Redacción Miami Diario
Después de que los diputados llamaran a Kathleen Edwards para que saliera a la calle a pedir un cheque de asistencia social, ella dijo que Ivey salió de la oscuridad, “agarró” y abrazó a Edwards, a quien no había conocido hasta ese momento, según informa el socio de News 6 Florida Today.
Luego el sheriff la invitó junto con otra persona a ver el vídeo de la pelea entre los agentes penitenciarios y su marido en la cárcel de Brevard que terminó con Gregory Edwards siendo electrocutado, rociado con gas pimienta, atado en una silla de sujeción. Dejó de respirar poco después y murió al día siguiente. El fiscal del estado no encontró ningún delito en el caso después de que la oficina del sheriff llevara a cabo su propia investigación.
El sheriff no ha hecho hasta ahora ningún comentario sobre la inusual visita.
“Por respeto a la privacidad de la Sra. Edwards, la oficina del sheriff no comentará la naturaleza o el propósito de la llamada de servicio de esta noche en su residencia”, dijo Tod Goodyear, portavoz de la oficina del sheriff mientras confirmaba que los ayudantes grabaron el evento por una razón desconocida.
Edwards dijo que ella hablaría con sus asesores sobre su próximo movimiento.
La visita sorpresa dejó a Kathleen Edwards, una veterana de combate que padece de estrés postraumático, alterada emocionalmente, y la describió como “incómoda”, “intimidante” y “chocante”. Dijo que el pretexto de la visita, según los diputados, es que habían recibido una llamada sugiriendo que ella no estaba bien.
Edwards dijo que fue convocada fuera por los diputados que le preguntaron si estaba dispuesta a reunirse con el sheriff. Edwards, que ha estado pidiendo una investigación independiente y ver el vídeo del enfrentamiento de su marido en la cárcel, les dijo “no”.
“Pero vino de todas formas. Tenía tanto miedo por mi vida que había seis patrullas estacionadas fuera de mi casa, y luego me llamaron al celular diciéndome que saliera”, dijo Edwards, una madre soltera que estaba en casa con su hermana cuando notaron las patrullas, incluidas algunas que estaban escondidas.
Fuente: Click Orlando
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