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Entrada subterránea de agua de mar afecta edificios de la costa

La entrada subterránea de agua de mar a lo largo de la costa del Gran Miami, que incluye los condados Miami-Dade, Broward y Palm Beach, pudo haber dañado los cimientos del Champlain Towers South y acelerado en parte el derrumbe de la edificación de 12 plantas el pasado junio, lo que preocupa a ingenieros y […]

Por Allan Brito
Entrada subterránea de agua de mar afecta edificios de la costa
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La entrada subterránea de agua de mar a lo largo de la costa del Gran Miami, que incluye los condados Miami-Dade, Broward y Palm Beach, pudo haber dañado los cimientos del Champlain Towers South y acelerado en parte el derrumbe de la edificación de 12 plantas el pasado junio, lo que preocupa a ingenieros y arquitectos que miran con atención los cientos de edificios que se hallan a lo largo del litoral.

Según el informe publicado por la Florida International University (FIU), la entrada de agua de mar por el subsuelo en la costa se duplicó en la zona en los últimos 26 años, aunque aún está por asegurar si ello pudo haber incrementado cualquier daño existente en la construcción.

Las “incursiones de agua subterránea pueden haber o no jugado un papel en el horrible colapso del edificio de Surfside”, al norte de Miami Beach, señaló en un informe el geólogo y profesor de investigación de FIU, Randall Parkinson, quien formó parte del estudio que fue publicado por la revista Ocean and Coastal Management.

Una buena parte del Champlain Towers South cayó precipitadamente durante la madrugada del fatídico jueves de junio y acabó con la vida de 98 personas. El resto de la edificación fue demolida 10 días después.

“Antes del 24 de junio”, cuando ocurrió el derrumbe, “nuestro enfoque principal estaba dirigido a un campo relativamente estrecho de condiciones futuras, sobre el suelo y riesgos relacionados”, señaló Parkinson.

“Ahora debemos considerar las condiciones subterráneas existentes y futuras y los riesgos relacionados con el clima desde una perspectiva mucho más amplia”, añadió.

El estudio de FIU tuvo en cuenta datos recopilados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, con sede en Virginia Key, Miami, desde 1981.

Los datos denotan que el agua de mar llegó al sótano del edificio en Surfside una media de 244 veces por año entre 1994 y 2006 y que aumentó a 636 por año entre 2007 y 2020.

“El agua (de mar) entraba por la estructura (paredes) del sótano, a través de grietas y puntos débiles que pueden haber estado allí desde el principio o haber aumentado con el tiempo”, aclaró.

En julio pasado, un mes después de la caída del Champlain Towers South, el grupo Environmental Defense Fund (EDF), una organización sin fines de lucro de carácter ambientalista con sede en Nueva York, realizó otro “minucioso estudio” sobre el peligro del aumento del nivel mar en las costas de Florida.

El informe, titulado Keeping Florida, Florida, o mantener a Florida, Florida, abordó el pronosticado aumento de 2.5 pies del mar en los próximos 20 años, desde Miami hasta Palm Beach, que podría afectar a más 3.500 millones de dólares en valores inmobiliarios y unas 4.8 millones de personas.

De hecho, el reporte subrayó que la zona costera del Gran Miami es una de las más desprotegidas del mundo, de cara al aumento del nivel del mar.

Otro informe preparado por Resources for the Future, con sede en Washington DC, unos meses antes del derrumbe del Champlain Towers South, también señaló que la zona de la costa del Gran Miami es una de “las más vulnerables del mundo”, donde además del aumento pronosticado del nivel del mar, inundaciones costeras y la entrada de aguas subterráneas existe el peligro de vientos huracanados y marejadas ciclónicas.

De hecho, el Congreso estatal de Florida, dada la debacle que supuso el derrumbe del Champlain Towers South, debate en estos días el Proyecto de Ley S-4103 que establecería un programa de inspección de edificios y estructuras con 40 años o más de existencia cada cinco años.

Si la propuesta es aprobada, los propietarios de los edificios tendrían 150 días para completar las reparaciones o modificaciones necesarias.

No obstante, se desconoce aún cuál sería la medida a tomar si la asociación de condominio o entidad carece de fondos suficientes para realizar los arreglos.

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