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¡NADA ALENTADOR! Escasez en Estados Unidos podría aumentar en los próximos días

sAunque el covid-19 fue el principal detonante de los fallos en la cadena de suministros, esta difícil situación que ha impactado la economía mundial tiene muchos más motivos, por lo que en perspectiva no parece que la crisis se acabe en un corto plazo. La economía mundial ha mostrado algunos síntomas de recuperación en los […]

Por Allan Brito
¡NADA ALENTADOR! Escasez en Estados Unidos podría aumentar en los próximos días
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sAunque el covid-19 fue el principal detonante de los fallos en la cadena de suministros, esta difícil situación que ha impactado la economía mundial tiene muchos más motivos, por lo que en perspectiva no parece que la crisis se acabe en un corto plazo.

La economía mundial ha mostrado algunos síntomas de recuperación en los últimos meses, si bien no a los pasos esperados, las fallas en la cadena de suministros lucen como un obstáculo para que los países sigan mejorando en sus finanzas, tras todo lo que generó la pandemia.

Cabe destacar que la primera señal de alerta en la cadena de suministros comenzó cuando muchas de las plantas chinas que fabrican piezas o ensamblan productos de uso mundial cerraron por brotes de coronavirus. Luego estos cierres se replicaron en gran parte del mundo y afectaron tanto a los fabricantes como a las empresas de logística que envían, almacenan y entregan sus productos.

Situación que afectó los costos de mano de obra, transporte y logística, que no se han detenido y siguen en ascenso, pese a que la capacidad se ha reducido debido a los problemas a lo largo de la cadena de suministros.

“Podríamos amortiguar un tipo de riesgo o dos, pero es el hecho de que todos estos desafíos sucedan al mismo tiempo [lo que complica todo]”, remarcó Nicole DeHoratius, profesora adjunta de gestión de operaciones en la Booth School of Business, de la Universidad de Chicago en un trabajo realizado por LA Times.

Otros factores de los problemas en la cadena de suministros

Pero, la pandemia no es la única culpable. Robert Handfield, profesor de gestión de la cadena de suministros del Bank of America en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, dijo que “la escasez de conductores de camiones, distribución y almacenes ya era significativa antes del COVID” y la pandemia agravó drásticamente el déficit.

Llama la atención que retrasos causados en las entregas han sido particularmente perjudiciales para las empresas que operan con inventarios pequeños y las que tienen poco margen de maniobra, ya que dependen de los envíos “justo a tiempo” para cumplir con los pedidos. Para evitar ese inconveniente, algunas compañías solicitan suministros y componentes adicionales como medida de precaución, lo cual aumenta la tensión en el sistema de distribución.

Hasta de forma personal se puede notar esto, ya que un reciente informe de Oracle encontró que una quinta parte de los encuestados (20%) va a comprar regalos adicionales, en caso de que un pedido no se entregue antes de Navidad o se cancele por completo.

Además, esta investigación reflejó que más de la mitad de los compradores (52%) ya han comenzado sus compras navideñas o planean comenzar antes debido a preocupaciones sobre problemas en la cadena de suministro y retrasos en las entregas.

Mientras que un informe de Moody’s Analytics publicado este lunes remarcó que las diferencias entre las iniciativas de los países para controlar el coronavirus han entorpecido el movimiento de los trabajadores del transporte en los puertos y otros centros de carga, contribuyendo a un problema que empeorará antes de mejorar.

El gobierno busca frenar las fallas en la cadena de suministros

Ya distintos medios han reseñado que Estados Unidos se ha venido preparando para esta situación, pese a que el presidente Biden insiste en que no afectará como se espera. De hecho, anunció su plan para aliviar las demoras en los puertos de Long Beach y Los Ángeles, incluida la expansión propuesta de las operaciones 24/7 en los puertos para descargar las mercancías de los buques portacontenedores.

Pese a todas estas políticas, el aumento de precios ya se ha comenzado a notar, y aunque no ha habido escasez en los anaqueles ese riesgo está muy latente. Ya que el costo de trasladar un contenedor desde China a la costa oeste de Estados Unidos es cuatro veces mayor que hace un año y más de diez veces mayor que antes de la pandemia.

Situación que no cambiará en lo pronto, asegura el economista experto de Moody’s Analytics, Tim Uy, quien explicó que “Es poco probable que las interrupciones en la cadena de suministro global desaparezcan por completo hasta 2023, como mínimo”.

Además, la escasez de energía en China ha afectado negativamente la producción, la falta de conductores de camiones en Reino Unido dificulta la distribución. En países como EEUU y Alemania existe preocupación por la congestión portuaria.

Otro factor importante ha sido el costo del gas natural al por mayor, que se ha disparado hasta alcanzar máximos históricos en el Reino Unido, Francia, España, Alemania e Italia. Las facturas de los hogares y las empresas ya se han disparado, y podrían subir aún más a medida que se acerque el frío y se necesite más combustible para la generación de electricidad y los sistemas de calefacción.

A continuación, una lista de los principales productos que se verán afectados por la cadena de suministros en Estados Unidos según CNN:

Alimentos y bebidas

En Estados Unidos se han registrado aumentos abruptos de precio en bebidas refrescantes, tortillas -por la falta de maíz- y carne vendidas en tiendas.

En el caso de las bebidas, la escasez de botella de vidrio provenientes de Asia está afectando la producción de los refrescos, dijo la administradora de supermercado Erica Muñoz, ubicado en Atlanta, a CNN. También indicó que la carne ha tenido aumentos de hasta 30%.

Productos manufacturados

El costo de los bienes que salen de las fábricas de China, el principal fabricante del mundo, está aumentando a la tasa más alta registrada hasta el momento, lo que afecta el consumo en todo el planeta.

El índice de precios de producción -que mide el costo de los bienes vendidos a las empresas- se disparó un 10,7% en septiembre respecto a hace un año, según datos del gobierno publicados este jueves. Se trata del aumento más rápido desde 1996, cuando el gobierno comenzó a publicar estos datos, según los datos de Eikon Refinitiv.

Las empresas de todo el mundo que se abastecen de mercancías en China ya están luchando con la congestión de los puertos, el aumento de las tarifas de los fletes y los retrasos. El aumento de los precios y la reducción de la producción podrían suponer más problemas para las cadenas de suministro mundiales, que ya están sometidas a una enorme presión.

De automóviles, ropa y juguetes

En el caso de los automóviles, Goldman Sachs advertía en agostos por la caída en los inventarios de autos, que se mantienen por debajo de los niveles anteriores a la pandemia de coronavirus.

En tanto la empresa de ropa deportiva Nike podría quedarse sin suministros de zapatos deportivos provenientes de Vietnam, donde el aumento de los contagios ha forzado al cierre temporal de fábricas, según indicó la consultora S&P Global.

Por otro lado la escasez de contenedores, la limitación del espacio de carga en los buques marítimos y el aumento de los costos han obligado a los fabricantes de juguetes a hacer numerosas concesiones sobre qué mercancías tienen más sentido desde el punto de vista económico.

De esta forma, los vendedores de juguetes en Estados Unidos han decidido priorizar juguetes pequeños y blandos para esta temporada navideña, ya que caben más de estos en los contenedores.

Combustibles

La demanda de energía se está disparando en todo el mundo a medida que la economía global se vuelve abrir tras las restricciones impuestas en 2020 para hacer frente al coronavirus. Pero la oferta no sigue el ritmo.

Semiconductores

Los semiconductores, o chips, han estado en falta durante todo el 2021 y se espera que la escasez podría durar hasta mediados del 2023, de acuerdo con Intel.

Estos faltantes afectan a numerosas industrias que utilizan chips, como la automotriz y los fabricantes de productos electrónicos -entre estos los teléfonos inteligentes-, encareciendo los productos finales.

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