Ingenieros y autoridades luchan en Florida por evitar el colapso de la antigua planta de fosfato de Piney Point, al sur de Tampa, que podría liberar una avalancha de agua contaminada en zonas adyacentes, incluyendo la bahía de la zona.
De hecho, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, calificó el peligro de “inundación catastrófica” y declaró el estado de emergencia en el condado Manatee, donde se encuentra la localidad de Bradenton, muy cerca de Sarasota, reportó Diario las Americas.
Acorde a los informes, una brecha en el antiguo depósito de la planta de fosfato podría derramar 300 millones de galones de agua en cuestión de minutos.
La carretera US 41 fue cerrada y unas 316 familias fueron evacuadas ante el inminente peligro.
A unos pasos de allí, apenas una milla, presos y personal en una cárcel son trasladados al segundo piso, mientras colocan sacos de arena a la entrada de la planta inferior.
El administrador del condado de Manatee, Scott Hopes, explicó que modelos computarizados muestran que el área podría estar cubierta entre un pie y cinco pies de agua.
“Estas sustancias pueden permanecer en los ecosistemas acuáticos durante largos períodos de tiempo y pueden dañar los sistemas nervioso y digestivo”, explicó el doctor Hugo Lara.
Si el desagüe sucede y llega a la Bahía de Tampa, podría provocar otro brote de marea roja.
Un funcionario de la planta de agua Calusa declaró a la prensa que “la raíz del problema se debe a 30 años de mala gestión del agua”.
Y añadió que varias organizaciones estatales habían pedido a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos su intervención en la zona para promover regulaciones más estrictas.
