Una de las consecuencias de vivir una vida larga es que un gran porcentaje de nosotros, padecerá alguna enfermedad crónica. Según National Health Council, 133 millones de estadounidenses las sufren o, lo que es lo mismo, el 40% de la población. De ellos, cerca de 40 millones ven limitadas sus actividades diarias.
Entre las enfermedades crónicas más comunes podemos mencionar cáncer, cardiopatía, enfermedad pulmonar obstructiva, alzheimer, diabetes, nefropatía, esclerosis múltiple, lumbalgia, osteoporosis o parkinson. Estos padecimientos causan 7 de cada 10 fallecimientos en EEUU.
Cuando uno lee todas estas estadísticas, es difícil estar en desacuerdo en que vivir es muy parecido al trabajo del desactivador de bombas, que va detectando explosivos por un campo minado. Ya sabe lo que se dice sobre los desactivadores de bombas: que son los únicos hombres que se equivocan solo en dos ocasiones en su vida: La primera es cuando aceptan ese trabajo y la segunda cuando cortan el cable erróneo.
Pues, al estar condenados a vivir rodeados de enfermedades crónicas, nuestra primera desgracia sería enfermar y la segunda que, cuando esto suceda, careciéramos de seguro de vida con beneficio en vida. Se imagina lo que es estar enfermo, sin autonomía, dependiendo de una cuidadora y para colmo, sin poder ingresar para los gastos cotidianos.
Pues el seguro de vida con beneficio en vida, además de garantizar la protección financiera de nuestros seres queridos en caso de que fallezcamos, si contraemos una enfermedad crónica, critica o terminal, nosotros mismos podemos obtener los beneficios de la póliza para gastarlos a nuestra conveniencia.
Si cree en las probabilidades, llame a Univista Insurance, hágase con un seguro de vida con beneficio en vida y evite cometer el segundo error del desactivador de bombas.
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