Sophia Narwitz, una exsoldado estadounidense que fue violada por un compañero durante su servicio, declaró este jueves a RT que el Ejército de EE.UU. “está plagado de abusos sexuales sistémicos” e instó a que se preste atención a este problema.
Por Redacción Miami Diario
Su historia se hace pública en medio del escándalo por el caso de Vanessa Guillén, una soldado asesinada en abril que antes de su muerte reveló a su familia que había sido acosada sexualmente por un superior.
Sophia Narwitz, quien ahora es escritora y periodista, fue violada durante el periodo de Entrenamiento Individual Avanzado en la base de Fort Meade (Maryland) cuando tenía menos de 20 años. La agresión la perpetró un compañero suyo en un hotel donde los soldados se reunían durante sus días libres.
“No entraré en detalles gráficos, pero esa noche fui violada y fue violento, doloroso, y me puso en un camino de miedo y vergüenza“, recordó la exsoldado, que tras la agresión intentó suicidarse varias veces.
“Hoy tengo 31 años y estoy en un lugar mucho mejor, pero me persigue el hecho de que mi violador camina libre. Me culpo a mí misma por eso, como probablemente debería, pero el Ejército también tiene la culpa. En retrospectiva, fui silenciada por una cultura del miedo“, señaló Narwitz, quien es transgénero y durante su tiempo en el Ejército era hombre.
“Pensé que sería yo quien tendría problemas por la violación, o que, a causa de la cultura del Ejército, que, al menos en aquel momento, menosprecia a la gente gay, me culparían por ello”, dijo Narwitz.
Según la exsoldado, los médicos de la base, a los cuales acudió varias veces por tener problemas de salud después de la violación, ignoraron y silenciaron la agresión. “Todas las señales de que había sido violada estaban allí, pero a nadie le importaba preguntar. Era eso, o lo sabían y lo dejaron pasar”, subrayó.
Narwitz también afirmó que durante su servicio hubo otros casos de violación en Fort Meade. La mujer citó el informe de 2019 del Departamento de Defensa de EE.UU. sobre agresión sexual en el Ejército, que señala que este tipo de abuso está en aumento, y que solo en 2018 hubo 7.825 informes. “No puedo evitar preguntar cuántas personas muestran signos evidentes de violación pero son presionadas a mantenerse en silencio o se sienten ignoradas”, señaló Narwitz.
Poco después de ser violada, Narwitz se retiró del Ejército. “Es un problema que los miembros del servicio estén siendo violados y los mandos superiores lo gestionan mal. Es un problema que los miembros del servicio estén siendo violados y a veces asesinados, como en el caso de Vanessa Guillén. El Ejército estadounidense está plagado de abusos sexuales sistémicos, y eso es un problema. Y ya es hora de que el mundo arroje luz sobre ello”, concluyó la periodista.
Fuente: RT
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