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Fue cancelada subasta de la campana de la Santa María en Miami

Este lunes se conoció que el propietario de la campana del siglo XV de la nave Santa María del primer viaje de Cristóbal Colón a América (1492), no será finalmente subastada en Miami. Y ahora su dueño Roberto Mazzara está pensando en devolverla al mar, luego que dijo que la única oferta recibida antes de […]

Por Allan Brito
Fue cancelada subasta de la campana de la Santa María en Miami
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Este lunes se conoció que el propietario de la campana del siglo XV de la nave Santa María del primer viaje de Cristóbal Colón a América (1492), no será finalmente subastada en Miami.

Y ahora su dueño Roberto Mazzara está pensando en devolverla al mar, luego que dijo que la única oferta recibida antes de que fuera puesta para la venta mañana martes en una subasta online es inaceptable, sin entrar en detalles sobre una información no confirmada que dice que un estadounidense quería comprar la campana con el único fin de destruirla.

El exoficial de la marina italiana y buzo, que descubrió en 1994 la campana en el pecio de un galeón español hundido en 1555 en aguas del norte de Portugal, se mostró frustrado porque la prensa hizo caso omiso de la subasta.

Según dijo, la información de que estaba en venta no pudo llegar a personas e instituciones que podrían haber estado interesadas, a pesar de la intensa campaña que hizo a través de Facebook desde hace tres meses para darlo a conocer.

“Antes de llevarla a Europa de nuevo, la devuelvo al mar”, dijo Mazzara, quien incluso dijo a EFE que lo hará en una fosa de 5.000 metros de profundidad situada al sur de Cuba.

“He dedicado 27 años de mi vida a ella”, dijo el italiano, quien investigó exhaustivamente la campana y descubrió documentos que a su juicio atestiguan que es la de la nave Santa María.

La “Santa María”, que pertenecía al cartógrafo Juan de la Cosa, encalló en el norte de la isla La Española y el almirante mando construir con sus restos el fuerte Navidad, en el que la pequeña campana naval de bronce se colgó seguramente de un árbol.

Cuando Colón regresó a fines de 1493 en su segundo viaje se encontró con que el fuerte había sido arrasado por los indígenas de la zona y los 39 españoles que dejó allí habían muerto.

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