Estados Unidos

¡Genes de libertad! Michelle Obama y la magnífica historia de superación de su tatarabuela

Si hay una familia que ha sabido librar y superar con creces el racismo en los Estados Unidos al punto de ganarse el respeto y la admiración del mundo entero, esos son los Obama. Por redacción MiamiDiario Pero esta vez no hablaremos del primer presidente afroamericano de la historia estadounidense, sino de su esposa, Michelle, […]

Por Allan Brito
¡Genes de libertad! Michelle Obama y la magnífica historia de superación de su tatarabuela
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Si hay una familia que ha sabido librar y superar con creces el racismo en los Estados Unidos al punto de ganarse el respeto y la admiración del mundo entero, esos son los Obama.

Por redacción MiamiDiario

Pero esta vez no hablaremos del primer presidente afroamericano de la historia estadounidense, sino de su esposa, Michelle, la ex primera dama quien tiene una historia de sus antepasados que es digna de recordar por siempre.

Cuando la tatarabuela-tatarabuela de Michelle Obama tenía 8 años, su vida experimentó un cambio dramático.

Melvinia Shields era una esclava que creció en una finca de Carolina del Sur con una comunidad relativamente grande de esclavos que ella conocía bien. Pero luego fue trasladada a una pequeña granja en el norte de Georgia, donde era uno de los tres únicos esclavos; la mayoría de los blancos en el área no tenían ninguno.

Aquí es donde empieza su gran hazaña, pasó 26 años de su vida como esclava, fue partera y ayudó a nacer a miles de bebés.

Ella vivió la lucha por salir y liberarse de la opresión.

En aquel entonces, el presidente Abraham Lincoln promulgó la Proclamación de Emancipación en 1863 (vigente hasta 1865) la liberación de esclavos aún era cuestionada por múltiples grupos conservadores, quienes mantenían bajo su yugo a familias afroamericanas de manera clandestina.

Cargó con una historia marcada por la supremacía. En 1859, dio a luz al hijo de quien fue su amo gran parte de su juventud: Charles Marion Shields.

Tras ser libre, Melvina se mudó a Georgia y continúo ejerciendo como partera por el resto de su vida. En el condado de Kingston, se dio a conocer su gran labor, y con frecuencia volvían a ella los “bebés” que había traído al mundo: ya adultos y conocedores de su historia de lucha.

Melvinia murió en 1938 a los 93 años de edad y fue enterrada inicialmente en una tumba sin nombre. Se requirió de una investigación genealógica diligente impulsada por Michelle Obama (y por un artículo del The New York Times) para darle un memorial digno.

 

 

De allí parte que esa  grandeza y determinación de Michelle, estén asentadas en su familia

En el año 2014, la tumba de Melvinia se estableció de manera oficial en la Capilla Mayor de la Iglesia Metodista en Kingston. Entre los asistentes a la ceremonia que recordaron su legado, estuvieron Michelle Obama, el activista William Hill y Jarrod Shields, quien pidió una disculpa a nombre de su familia: su antepasado caucásico era dueño de Melvinia Shields y padre de su hijo.

Hoy día, la tumba de Melvinia y su memorial descansan junto a un tributo especial secundado por Michelle Obama, quien la honra como su descendiente y reconoce su lucha de liberación.

Melvinia trabajó como esclava de los ocho a los 26 años de edad, pero los seguidores de su causa perciben en ella una historia de esperanza por su emancipación, haciendo énfasis en el giro que dio la vida de sus descendientes. El hijo de Melvinia se mudó con el tiempo a Alabama, y de allí, sus hijos partieron a Chicago.

Una larga historia de más de cinco generaciones, inició un nuevo capítulo en 1964, cuando la ex primera dama llegó al mundo y siguió una carrera en pro de garantizar los derechos humanos básicos para todos los grupos vulnerables. La lucha de Melvinia persiste.

Con información de VIX

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