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John Lennon y su pasión por el partido nacional socialista de Hitler

Como decía una de sus más míticas canciones: “You may say I’m a dreamer, but I not the only one”. Una frase que pasó a la posteridad como símbolo de ese carácter solidario y luchador que siempre caracterizó al músico británico. Muchos reconocerán a John Lennon como uno de los miembros fundadores de la banda The Beatles y […]

Por Allan Brito
John Lennon y su pasión por el partido nacional socialista de Hitler
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Como decía una de sus más míticas canciones: “You may say I’m a dreamer, but I not the only one”. Una frase que pasó a la posteridad como símbolo de ese carácter solidario y luchador que siempre caracterizó al músico británico. Muchos reconocerán a John Lennon como uno de los miembros fundadores de la banda The Beatles y figura de referencia en la música moderna. Sin embargo, su historia fue mucho más profunda y revolucionaria que la que compartió junto a Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr.

Por Redacción Miami Diario

Todo comenzó el 9 de octubre de 1940 en Liverpool. Mientras los nazis bombardeaban la ciudad, Julia y Alfred Lennon dieron la bienvenida a su primer y único hijo, que sufriría las consecuencias de una relación tóxica y desestructurada. Peleas, abandonos, huidas y una creciente pasión por la música marcaron su infancia. Al igual que artistas de la talla de Ray Charles, Little Richard o Chuck Berry, quienes acompañaron al pequeño John durante su crecimiento.

Años después supo cómo había llegado a este mundo, quizá marcó su subconsciente de alguna manera, ya que desarrolló una extraña afición por la simbología y la parafernalia nacional-socialista.

Dieciocho años después, hacia mediados de 1958, Lennon se aburría en su clase de la Liverpool College of Art (en la que había ingresado el año anterior) y decidió dibujarse a sí mismo como un Führer, subido en un atril con el brazo extendido, y recibiendo gritos de «Heil John!, Heil John!» desde el público.

Mientras pasaba las horas frente a su pupitre, el joven John Winston Lennon, cuyo nombre completo hacía homenaje al archienemigo de Hitler (Winston Churchill), también dibujó águilas fascistas, banderas, estandartes y escudos nazis, cruces gamadas e incluso al propio Hitler (en algunos casos con gafas como las que él llevaba), bajo el que escribió la leyenda «All you people».

Los dibujos fueron vendidos en 1991 por su primera esposa, Cynthia, pero su comprador los puso a subasta el año pasado en Ludlow, Shropshire, donde los garabatos alcanzaron cifras de varios miles de dólares. Su «autorretrato» con el saludo nazi llegó a los 54.000.

Poco tiempo después de salir de la escuela de arte nacieron los Beatles, e hicieron varias visitas a Hamburgo entre 1960 y 1962, para tocar en clubes como el Indra Club, Kaiserkeller, Top Ten Club o Star Club. Allí, Lennon entretenía a la audiencia con chistes sobre nazis, que evidenciaban su conocimiento sobre el tema porque eran realmente ingeniosos. Cuenta la leyenda que en una ocasión, Lennon salió al escenario en ropa interior con un asiento de váter colgado del cuello y una cruz gamada pintada en la frente, y gritó al público: «¡Sieg heil! ¡Dad palmas, jodidos nazis de mierda!».

La fascinación por el hombre ya señalado como el más malvado del siglo XX siguió presente en la mente del futuro pregonero mayor de la paz y el amor, que seguramente quedó cautivado por las imágenes de los documentales de Leni Riefenstahl. En 1964 publicó un librito de textos titulado «In His Own Write», en cuya introducción, titulada «About the awful», relató una suerte de parodia de su nacimiento empleando divertidos juegos de palabras: «I was bored on the 9th of Octover 1940 when, I believe, the Nasties were still booming us led by Madolf Heatlump (who only had one)». Y ese mismo año, al aterrizar en Melbourne dentro de la primera gira australiana de los Beatles, saludó a sus fans desde la terraza de su hotel con el brazo en alto. Para más inri, tapándose el labio superior simulando el mostacho de Hitler. Una broma que fue muy criticada por la prensa local.

En este vídeo, puede verse cómo Lennon vuelve a hacerlo en Liverpool, y a Ringo diciéndole algo que perfectamente podría ser: «Don’t do it. Don’t do it again please» («No lo hagas. No lo hagas otra vez, por favor»).

En 1967, cuando el grupo estaba ideando la portada del mítico Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, Lennon propuso añadir a Jesús, a Hitler y a Mahatma Gandhi en la composición fotográfica. «Después de lo que John había dicho, decidimos no incluir a Jesucristo», contaría años después el diseñador de la cubierta, Peter Blake, en referencia a la frase de Lennon «somos más grandes que Jesús», que provocó la quema de discos de los Beatles en Estados Unidos. «Gandhi tampoco salió al final, pero Hitler sí. Lo que pasa es que está tapado por Ringo», asegura Blake. Y efectivamente, las fotos de la sesión muestran una figura de cartón de Hitler (tras la batería), pero se quedó fuera de la imagen final. Siempre se rumoreó que quedó detrás de Ringo, pero lo cierto es que Blake no dijo la verdad porque la cartulina se retiró para la foto definitiva, y el hombre de bigote que puede verse tras el baterista en la portada que se publicó es el artista Larry Bell.

Lo más curioso es que George Harrison y Paul McCartney también fueron acusados de simpatizar con el nazismo. Los tabloides The Globe y The Sun aseguraron que Harrison vestía uniformes nazis en sus ratos libres y que tenía una bandera con una esvástica en su salón. Pero el músico los demandó y ganó el juicio. Lo de Macca fue algo más hilarante: cuando en 1968 publicaron «Hey Jude», la canción que Paul había escrito para el hijo de Lennon, el grupo tuvo la idea de pintar el nombre de la canción en el escaparate de la tienda de moda que tenían en Londres. «Pensamos que así la gente que pasase por la calle o en los coches se preguntaría qué era eso», explicaría McCartney años después. «Lo cierto es que la pintada tuvo el efecto contrario. Un día llamó un señor muy enfadado. Era judío y estaba muy cabreado. Pintar “Hola Judíos” en el escaparate de una tienda le recordó la época en que los comercios judíos eran señalados en Alemania. En los días de Hitler «Juden Raus» significaba «Judíos fuera» y yo no lo sabía, no sabía esa conexión y aquel señor estaba furioso, pensaba que nos estábamos riendo de los judíos. Le juré que no tenía nada que ver pero él me dijo que iba a mandar a su hijo a que nos diese una paliza. En ese momento me di cuenta que el título podía ofender a mucha gente».

Fuente: ABC

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