Para las futuras madres los peligrosos efectos del cambio climático afectan el embarazo. Una de las consecuencias son los partos prematuros.
Los estragos de la contaminación del planeta y el aumento de las temperaturas perjudican a las personas incluso antes de su nacimiento, un tema que se discutirá en la Cumbre del Clima.
Nadie escapa de las peligrosas consecuencias de la contaminación y aumento de temperaturas asociadas al cambio climático sobre la salud, pero un grupo es particularmente susceptible a sus efectos: las mujeres embarazadas y los bebés que llevan en su vientre.
Aquellas que pertenecen a grupos minoritarios, sobre todo las negras, son aún más vulnerables, advierten los expertos en la materia, que advierten que en Estados Unidos estas mujeres ya son víctimas de una gran disparidad que las hace de dos a tres veces más propensas a morir por causas relacionadas con el embarazo que sus pares blancas.
“El cambio climático es una amenaza urgente a la salud femenina”, insistió la Asociación Estadounidense de Obstetricia (ACOG) en julio al divulgar nuevos lineamientos que toman en cuenta los riesgos sobre el calor y el medioambiente sobre el embarazo.
Los hallazgos de una revisión sistemática de estudios publicada el año pasado en la revista científica JAMA que evaluó más de 32 millones de nacimientos en EEUU son contundentes: la contaminación del aire y el calor afectan significativamente la salud de embarazadas, fetos y recién nacidos.
Presta atención.
Los contaminantes y el calor afectan la placenta
Agentes contaminantes del ambiente como las peligrosas partículas PM 2,5 tienen la capacidad de llegar a los pulmones de las madres gestantes e incluso pueden atravesar la placenta.
El clima también incide sobre la salud de la madre, pues las embarazadas no pueden regular la temperatura corporal de forma tan eficiente como los demás.
La exposición al calor extremo puede alterar el flujo sanguíneo en la placenta y debilitarla, así como desencadenar otras complicaciones como hipertensión, preeclampsia y ruptura prematura de las membranas, explica un documento elaborado por el Comité Nacional de Investigación Económica.
Bajo peso al nacer
El que la madre inhale partículas de ozono o PM2,5 y esté expuesta al calor extremo aumenta el riesgo de que el bebé sufra de a bajo peso al nacer, concluyó la revisión sistemática publicada en la revista JAMA que analizó más de 32 millones de nacimientos en EEUU.
Se considera que un bebé tiene bajo peso al nacer cuando este es menor a 5 libras 8 onzas (2,5 kilos), lo que aumenta su riesgo de tener problemas respiratorios, sufrir infecciones de recién nacido y puede afectar el desarrollo cerebral.
Parto prematuro y muerte al nacer
Se habla de parto prematuro cuando este ocurre antes de la semana 37 de embarazo, lo que aumenta el riesgo de problemas de salud en el bebé. 1 de cada 10 niños en EEUU nace antes de tiempo.
El reporte State of Global Art publicado en 2020 determinó que la contaminación ambiental es responsable del 20% de las muertes de recién nacidos en el mundo, de las cuales la mayoría están relacionadas con parto prematuro y bajo peso al nacer.
Diabetes gestacional
Un estudio publicado en Enviromental Health encontró una asociación entre el calor extremo y la diabetes gestacional, que en EEUU afecta más a las mujeres hispanas.
Hay evidencia de que el clima ejerce un impacto sobre la función metabólica, incluyendo la sensibilidad a la insulina, advierten los investigadores de la universidad de Harvard que hallaron una relación entre la incidencia de diabetes gestacional y las altas temperaturas.
El calor extremo también aumenta el riesgo de que las embarazadas sufran golpes de calor.
Defectos congénitos de corazón en el feto
Algunas investigaciones han encontrado una asociación entre las altas temperaturas y el desarrollo de problemas congénitos en los bebés.
Es el caso de un estudio publicado la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón que estima que un mayor número de bebés probablemente nacerán con defectos cardíacos congénitos entre 2025 y 2035 debido a la exposición de sus madres a temperaturas más altas, desencadenadas por el cambio climático, durante el embarazo.
Desastres naturales aumentan riesgo de complicaciones
Vivir un desastre natural como un incendio, un huracán o inundaciones hacen que las madres sean más vulnerables a sufrir complicaciones del embarazo o parto prematuro como consecuencia de esas experiencias.
Un estudio encontró que la visita a los hospitales por complicaciones del embarazo aumentó en casi 17% luego del huracán Sandy en Nueva York y que en la mayoría de los casos fueron mujeres sin seguro médico o de color.
Una revisión de 20 millones de nacimientos en cientos de condados en EEUU concluyó que las tormentas conllevan aumentan el riesgo de sufrir un parto prematuro.
Protégete
Si bien es imperativo que haya soluciones desde un punto de vista gubernamental para proteger a las mujeres gestantes y a la población en general de los efectos del cambio climático, hay medidas que las embarazadas pueden tomar para protegerse. Algunas recomendaciones de la Universidad de Harvard incluyen:
Revisar los niveles de contaminación donde vives a través de herramientas como airnow.gov para ver cuándo los niveles no son saludables. Permanecer en casa cuando sea así.
Evitar ejercitarse cerca de calles o autopistas muy transitadas.
Evitar el humo, desde el de cigarrillo hasta el de quemas o de inciensos.
Usar productos de limpieza con el sello de seguridad Safer Choice de la EPA.
Si vives en un lugar en construcción o una casa construida antes de 1978 ten especial cuidado pues puede haber plomo en el ambiente y debes tomar medidas adicionales.
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