María del Carmen Taborcía: Socioliberalismo

John Stuart Mill (1806-1873) fue un filósofo, político y economista, nacido en Londres, que representó a la escuela económica clásica y fue un teórico del utilitarismo. Defensor de la libertad individual en oposición al control estatal y social ilimitado.

Por María del Carmen Taborcía

En su juventud se rebeló contra su estricta educación y se abrió a otras corrientes intelectuales, como al positivismo de Comte, al pensamiento romántico y al socialismo.

Fue miembro del Parlamento por el Partido Liberal y propuso diversas reformas: del sistema electoral, cuestiones de la representación proporcional y la extensión del sufragio. Fue también un arduo defensor de los derechos de las mujeres, y en 1866 se convirtió en la primera persona en la historia del Parlamento en pedir que se otorgue a las mismas el derecho al voto. Por ello, Mill puede ser considerado uno de los primeros feministas.

El mérito de su pensamiento puede radicarse en haber llevado el liberalismo hasta el contacto intelectual con la socialdemocracia. Sostuvo la abolición del privilegio y del abuso; el reconocimiento de las dignidades básicas de los seres humanos, hombres y mujeres por igual; la abolición de la esclavitud y del racismo; la supresión del castigo corporal; el derecho al trabajo.

El socioliberalismo fundado por Stuart Mill sería como una síntesis del liberalismo y la socialdemocracia. Según su filosofía, el socioliberalismo huye tanto del autoritarismo como del paternalismo, características propias del capitalismo y del socialismo marxista o comunismo, posibilitando que la persona sea quien tome la iniciativa en los procesos de sus propias decisiones, elemento básico de toda verdadera democracia libre de totalitarismos.

El socioliberalismo -social liberalismo, liberalismo moderno, liberalismo progresista, capitalismo social- es una corriente política y económica que propugna la simbiosis del bienestar social y la libertad de los individuos.

Combina un sistema económico de libre mercado y libre comercio junto con políticas sociales, un estado de bienestar para que haya una igualdad de oportunidades. Una economía sujeta a intervenciones parciales del Estado para corregir ineficiencias, compatibilizando el Estado del bienestar con las libertades individuales.

Toma lo mejor del liberalismo y del socialismo, sin profundizar demasiado en ninguno de ellos para no caer en sus defectos; es como una tercera vía. De hecho, la mayoría de los partidos socialdemócratas europeos del siglo XX y del presente fueron permeables a las ideas del socioliberalismo.

Es interesante observar cómo estos pensadores analizaban, razonaban y reflexionaban sobre las cuestiones políticas, económicas y sociales para brindar sistemas de progreso y bienestar, soluciones a los conflictos que se presentaran en las interacciones humanas, y fundamentalmente el rol del Estado. Cómo equilibrar los derechos que tenemos como individuos y nuestro papel dentro de un mundo colectivo.

¿Ya no hay filósofos, ni ideas con esta dimensión? Los intelectuales actuales que repiensan el presente y el futuro suelen estar bastante radicalizados, sumergidos en coyunturas políticas propias, y con etiquetas. Los indicadores señalan que no vamos hacia una organización ni más justa ni más libre. ¿Alguien nos advierte de los avances del autoritarismo? ¿Nos previenen sobre el advenimiento del control social masificado?

@taborciamaria

María del Carmen Taborcía es abogada y escritora argentina, con estudios en comercio exterior y mediación. Ha sido docente universitaria y conductora y moderadora de programas radiales en su natal Buenos Aires. Es la autora de Poesía en los Tilos entre otros libros.