Opinión, Vida saludable

Mariela González Tovar: La enfermedad gastrointestinal y la sicología

Tanto los síntomas depresivo-ansiosos como los factores de estrés psicosocial son elementos implicados en los trastornos gastrointestinales. Lo que resulta discutible es dilucidar cuál es el papel de estos factores, ya sea como consecuencia o como causa en la aparición, o en la recidiva de estas enfermedades. Por Mariela González Tovar PhD Puede considerarse que en algunos […]

Por Allan Brito
Mariela González Tovar: La enfermedad gastrointestinal y la sicología
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Tanto los síntomas depresivo-ansiosos como los factores de estrés psicosocial son elementos implicados en los trastornos gastrointestinales. Lo que resulta discutible es dilucidar cuál es el papel de estos factores, ya sea como consecuencia o como causa en la aparición, o en la recidiva de estas enfermedades.

Por Mariela González Tovar PhD

Puede considerarse que en algunos casos existen síntomas donde no hay lesión estructural, pero son de origen emocional; y otros en los que las manifestaciones psíquicas sólo son una repercusión de una enfermedad primaria gastrointestinal.

En el primer caso, es obvio que el componente emocional es primordial en el inicio, el mantenimiento y las recaídas del trastorno, y cuando existe lesión orgánica, se instaura una dolencia que puede cursar de forma autónoma.

En los casos de enfermedades primarias, donde no se ha demostrado etiología psíquica, no puede obviarse que los factores psíquicos pueden influir en la vulnerabilidad a contraer enfermedades, pues el organismo varía su equilibrio ante el estrés.

Los conocimientos actuales no han esclarecido aún la relación entre factores psíquicos y su repercusión orgánica. Durante los últimos 25 años, la investigación humana ha propuesto una relación clínica entre los acontecimientos de la vida causantes de estrés y tasas más altas de morbilidad y mortalidad.

Dentro de la Gastroenterología, estos estudios son aún más confusos, porque varían con respecto a si la variable en estudio es el comienzo de la enfermedad, la aparición de los síntomas o la presentación clínica. Mientras que, en el campo de la Psicología, se suele estar más interesado en la manera en que los factores ambientales y la conducta, modifican la enfermedad de un paciente.

Una vez establecida una enfermedad, tienen que tomarse en cuenta las normas culturales y familiares, así como el estado psicológico y las circunstancias existenciales causantes de estrés; dado que tienden a modificar el comportamiento de la enfermedad y quizá, hasta la enfermedad propiamente dicha. Es así, como el apoyo social y las estrategias para sobrellevar situaciones, pueden amortiguar estos efectos.

En la práctica gastroenterológica habitual, se suelen observar diversos diagnósticos psiquiátricos los cuales se encuentran relacionados con la enfermedad gastrointestinal. Entre estos diagnósticos más frecuentes están: la Ansiedad: que consiste en una emoción displacentera que se acompaña de una sensación de amenaza o peligro inminente de origen desconocido o irracional, que puede estar asociada con un estímulo específico o no.

Por otro lado, entre los episodios de estrés en el origen y manifestación de síntomas de alguna enfermedad gastrointestinal, se pueden distinguir sucesos relativamente recientes, que marcan el comienzo de los síntomas o afectan su severidad, o experiencias de estrés tempranas en la vida del sujeto, que pueden manifestar una predisposición al desarrollo de este tipo de trastorno.

Pero la relación con el estrés no queda solamente aquí, dado que la enfermedad es vista como un acontecimiento estresante en la vida de la persona que la padece, resaltado esto por la alteración que el individuo tiene de su calidad de vida.

Se ve así que la naturaleza de un estado psicopatológico en el contexto de una enfermedad gastrointestinal se ha de aclarar exclusivamente por criterios clínicos. El diálogo del médico con el paciente es el elemento de éxito más importante en el diagnóstico y el tratamiento del malestar que agobia al paciente.

Es por ello, que resulta importante determinar la influencia respectiva de la dimensión biológica, psicológica y social de la enfermedad del paciente, ya que resulta innecesario someter al paciente a estudios y diagnósticos superfluos, en vez de explorar los determinantes psicológicos posiblemente involucrados en el malestar.

Psicólogo Clínico

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