Opinión, Vida saludable

Mariela González Tovar: Síndrome de intestino irritable desde el punto de vista de la psicología

Además de ser considerado como una alteración funcional del intestino en la que hay ausencia de alteración específica, el Síndrome de intestino irritable (SII) es visto igualmente como una alteración biopsicosocial Por Mariela González Tovar PhD En el el Síndrome de intestino irritable (SII)  él interactúan diferentes factores como son los cognoscitivos, emocionales, conductuales y fisiológicos, los […]

Por Allan Brito
Mariela González Tovar: Síndrome de intestino irritable desde el punto de vista de la psicología
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Además de ser considerado como una alteración funcional del intestino en la que hay ausencia de alteración específica, el Síndrome de intestino irritable (SII) es visto igualmente como una alteración biopsicosocial

Por Mariela González Tovar PhD

En el el Síndrome de intestino irritable (SII)  él interactúan diferentes factores como son los cognoscitivos, emocionales, conductuales y fisiológicos, los cuales se detallan a continuación:

  1. Cognoscitivos: incluyen el “comportamiento enfermizo” y “malas técnicas de adaptación a la enfermedad”.
  2. Emocionales: incluyen la ansiedad y la depresión, son detectados entre un margen del 40 a 60% de los pacientes. Entre los
  3. Conductuales: resaltan las situaciones estresantes o traumáticas de la historia comportamental del sujeto que pueden desencadenar el primer episodio de la enfermedad o producir la exacerbación de los síntomas.
  4. Fisiológicos: comprenden las alteraciones en la modulación del dolor como la hipersensibilidad visceral, que ocurre frente a eventos fisiológicos gastrointestinales; de igual forma están las alteraciones autonómicas que provocan trastornos en la motilidad intestinal, alteraciones en la respuesta neuroendocrina al estrés y anormalidades en el ciclo del sueño.

Cada uno de estos factores, hacen ver que existe una alteración en la calidad de vida del paciente, que no depende únicamente de la severidad de los síntomas del SII, sino también de variables psicosociales.

Por otro lado, el impacto económico del SII es bastante grande, considerando a la par los gastos tanto directos como indirectos que éste trae a quienes lo padecen. Los gastos directos están relacionados con el sistema de salud, muy particularmente a la atención médica repetitiva y de curso prolongado, esto se refleja en que los pacientes con SII tienen la costumbre de visitar muchas veces al médico, así como tienen innumerables gastos entre fármacos y exámenes que son indicados por el especialista. Los costos indirectos del SII están relacionados a la disminución de la productividad laboral; por ejemplo, en Estados Unidos los pacientes con SII tienen un ausentismo anual 40% mayor que los que no sufren este trastorno.

Por tanto, cuando una persona se encuentra sujeta a trastornos fisiológicos con una sintomatología como la señalada, que se mantiene de forma persistente y que afecta considerablemente su calidad de vida, inicia un recorrido de consultas médicas especializadas donde va recibiendo tratamientos que van aumentando en número, tornándose muchas de las veces irresoluble la situación para el paciente. Paralelamente, el médico y los familiares le van restando importancia a los síntomas, cronificándose así conductas de enfermedad y deteriorándose de igual forma las conductas de salud en el paciente, esto último como resultado del intercambio de refuerzos positivos y negativos frente a los cuales la persona se encuentra sometida constantemente.

Esta característica unida a la ausencia de alteración específica y al diagnóstico de SII, ha provocado el surgimiento de un interés en la investigación sistemática y precisa de estas alteraciones desde una perspectiva bioconductual integrada, considerando la interacción entre eventos organísmicos y eventos ambientales con significación psicológica.

Sin embargo, las investigaciones han sido dirigidas fundamentalmente a estudiar la relación entre el estrés diario o sucesos menores y el SII, las cuales han demostraron que la mayoría de los pacientes con SII reportaban una alta cantidad de eventos negativos en su vida, en especial divorcios o muertes de algún familiar, a diferencia de los grupos controles quienes no presentaban porcentajes tan altos como los primeros.

Los conocimientos actuales no han esclarecido aún la relación entre factores psíquicos y su repercusión orgánica. El estrés es sólo uno de los varios factores psicosociales capaces de incidir en la enfermedad; sobre la base de esto, es preciso evaluar si otros factores participan en la génesis del SII, exacerbación o modificación de su sintomatología, para de esa manera garantizar una mejora en la calidad de vida del paciente que lo sufre.

Psicólogo Clínico

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