Opinión, Política

McCain…

“No considero sabio al hombre que hallándose próximo a morir, no se resigna…”Eurípides  El viejo senador está muerto  -que dirían los gitanos del Sacromonte- pero todavía patalea con gracia y con cierto estilo, como solo lo hacen en Granada lo mejorcito del baile flamenco. Los más cercanos de sus amigos se tapan las orejas para […]

Por Allan Brito
McCain…
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

“No considero sabio al hombre que hallándose próximo a morir, no se resigna…”Eurípides

 El viejo senador está muerto  -que dirían los gitanos del Sacromonte- pero todavía patalea con gracia y con cierto estilo, como solo lo hacen en Granada lo mejorcito del baile flamenco.

Los más cercanos de sus amigos se tapan las orejas para no escuchar sus geniales ladridos…  Sus peores enemigos le aprecian, le respetan, y son los primeros en decir que es un hombre bueno y noble que ha vivido intensamente en un mundo de extrema violencia al que le sacó grandes momentos de felicidad.

Sus ojos vieron la luz de la vida por primera vez en Coco Solo, y comprendió, recién nacido, que los submarinos eran ballenas metálicas y que su padre, su madre, y casi toda familia, eran domadores de monstruos marinos capaces de amaestrar pájaros de hierro y navegar por todo el mundo para salvar a la humanidad del comunismo; porque los comunistas eran otros animales peligrosos que te lo robaban todo para que los comisarios políticos del Partido vivieran como reyes… Como reyes comunistas.

No hace falta poner el ejemplo de Venezuela ni de China… Las dictaduras son para los idiotas que la soportan o para los desgraciados que no pueden liberarse de la esclavitud.  A los malditos rusos mejor no los tocamos, McCain, es mejor que sean nuestros aliados en el futuro incierto de los mares de China. Esto se pondrá muy feo, viejo senador de Arizona.

Te vas a perder la tercera guerra mundial pero -por otra parte- es algo que ganas porque será espantosa esa contienda. Tú, mejor que nadie, sabes que a determinadas edades estamos medio muertos y algunos hasta muertos del todo sin que los hayan enterrado…

Un héroe de guerra como tú, un piloto derribado que llega al suelo totalmente destrozado y casi sin aliento, sabe de lo que hablo. Se cumplió tu destino, McCain, has recibido de la vida todo lo que Dios te tenía que dar, y le has dado a tu patria todo lo que deseabas ofrecerle, todo lo que tenías para darle.

Hace unos meses me preguntaron que “qué opinaba de ti”, McCain… Debes perdonar mi atrevimiento porque te admiro. Les dije que eras  conocido en Capitol Hill como un tipo entrañable con alma de payaso y probablemente unos de los mejores actores que ha habido jamás en el teatro estadounidense.

Todos los hermeneutas de Washington saben que eres un productor nato de interpretaciones geopolíticas. Los rusos -con Vladímir Putin a la cabeza- te respetan porque perteneces a la pléyade de los libertadores capaces de liberar a los hombres de lo que eran ciclos naturales… incluso en las tierras de los asesinos islámicos. Te han visto por todos sitios, McCain…

Eres esa suerte de tipo insoportable con el que todo el mundo, en Beltway, quiere tomar una copa. La lucidez geopolítica contada como un mal chiste de taberna para que todos los presentes se enteren -de una vez- de algo sumamente importante para la existencia humana:

La libertad se conquista porque nadie te la regala; la libertad se pelea en el campo de batalla hasta la muerte, se lucha hasta que las fuerzas te abandonan, hasta que la última gota de sangre empapa la miserable expresión de tierra que te sostiene; hasta que caes arrodillado y en el horizonte se adivinan las tinieblas…

Pero no te faltará la luz, viejo piloto de guerra, porque no hay nada de inmoralidad ni de abstracción en tu vida, eres un guerrero del aire, un caballero del cielo que sube, sube y sube hacia lo más alto…

Hasta ese momento crucial, McCain, se está vivo aún -te lo aseguro- lo sé por mi perrillo que ya está muerto;  porque tú mismo comprenderás que ya no sucede nada y que esas tinieblas pretenden hacer de ti un ciego…

Buen viaje McCain… la buena muerte es solo para los grandes, para los valientes como tú, para los que se han mantenido de pie, a pesar de tantas caídas. Buen viaje McCain, the war show should continue… Ninguna primavera es eterna, McCain.

El Dios de Reinhold Niebuhr te espera para beber cerveza hasta caer muerto de risa en el suelo.

La mejor forma de morir eternamente.

Relacionados