Cuba, Opinión

Miseria de la economía, economía de la miseria

Dos de las tres fuentes principales de ingresos de divisas, los subsidios venezolanos y el turismo están a la baja. Lo robado en salarios a los médicos que prestan servicios en el exterior está en peligro. El BANDES de Brasil dice que no liberará nuevos pagos a los galenos si Cuba no paga al menos […]

Por Allan Brito
Miseria de la economía, economía de la miseria
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Dos de las tres fuentes principales de ingresos de divisas, los subsidios venezolanos y el turismo están a la baja. Lo robado en salarios a los médicos que prestan servicios en el exterior está en peligro. El BANDES de Brasil dice que no liberará nuevos pagos a los galenos si Cuba no paga al menos los intereses acumulados de 17 millones por la deuda contraída con la construcción del Puerto del Mariel. Y no hay información disponible de cómo se está comportando la tercera fuente, el dinero de las remesas que llega desde EE.UU y siempre está en peligro de que una orden ejecutiva del presidente Trump lo reduzca.

Por Fundación para los Derechos Humanos en Cuba/MiamiDiario

La economía cubana no anda bien. Ahora es el turismo de Canadá. Se desplomó en casi un 9% hasta el 16 de septiembre y ese país es con mucho el primer emisor de turistas hacia Cuba. Por eso la noticia la tuvo que dar personalmente el ministro de Turismo, Manuel Marrero, un funcionario que siempre ve las cosas color de rosa. Hay que precisar que al descenso del turismo canadiense se sumó el procedente de todo el planeta. En el primer semestre viajaron a la isla 152,354 turistas menos que en igual período de 2017, una caída de un 6.5%. Estamos hablando de unos $100 millones de dólares que no entraron en el país.

Empeoran la pobreza y la escasez

Todo ello está agravando la ya crítica situación financiera. La pobreza y la escasez de todo en la isla empeorarán a no ser que la elite de poder desmantele el absurdo modelo estalinista y se restaure la libre empresa. Solo de esa manera las remesas y el turismo en Cuba se dispararían también. Pero no lo hará a menos que caiga el régimen de Maduro u ocurran explosiones sociales significativas.

Lo cierto es que con el barco venezolano haciendo aguas, el descenso del turismo, la advertencia de Brasil, el desplome de la zafra azucarera a niveles de 1894 y de la producción de los pocos productos de exportación que le quedan, el cuadro económico cubano se va cerrando peligrosamente.

 El milagro no se ve

No se ve en el horizonte ningún “milagroso mecenas” que pueda impedir un nuevo “período especial” para los cubanos de a pie (la nomenklatura dirigente jamás se afecta). Y nada ha de mejorar el crítico panorama si no se liberan las fuerzas productivas y se cumple con el Artículo 17 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH): “Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad”.

Precisamente por no haber un sector privado en Cuba es que los turistas no repiten la visita. Se van criticando el servicio recibido, inferior al de otros países del Caribe, y la ausencia de ofertas de entretenimiento variadas. Se quejan de la pésima infraestructura, problemas de transporte terrestre, aéreo, y hasta de falta de agua caliente en no pocos hoteles.

El más bajo promedio de gastos

La ausencia de negocios privados es la causa de que el gasto de cada turista en Cuba sea uno de los más bajos del mundo. No llega ni a la mitad del promedio internacional, que según la Organización Mundial de Turismo (OMT) en 2017 fue de $1,250 dólares. En República Dominicana el gasto por turista en 2017, de $1,147, duplicó al de Cuba según datos oficiales. Para colmo el 70% de ese ingreso bruto retorna al exterior porque Cuba importa casi todo lo que esa industria requiere.

Fuera el intervencionismo

Los hoteles y los cientos de cafés en ambas orillas del Sena, o en la avenida Des Champs Elysée en París no son controlados por el presidente Macron. Ni Trump tiene que ver con lo que consumen los turistas en Disneyland o en Times Square de New York.

Por no haber empresa privada es que los cubanos –después de sesenta años de castrismo– se ubican entre los pueblos más pobres del hemisferio occidental habiendo sido uno de los tres con mayor nivel de vida de esa región hasta 1959.

Está demostrado desde la revolución soviética hasta la Cuba y Venezuela de hoy: cercenar el derecho a la propiedad y libre empresa privadas puede ser considerado globalmente como un crimen de lesa economía. El comunismo ha demostrado siempre ser una economía de la miseria.

 

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