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Nobel de Física 2018 consagró a la primera mujer en 55 años

La canadiense Donna Strickland se convirtió, este martes, en la tercera mujer en recibir el Premio Nobel de Física, 55 años después de que fuera galardonada la estadounidense de origen alemán Maria Goeppert Mayer, un camino que inició en 1903 la francopolaca Marie Curie. Por Redacción Miami Diario Strickland, quien se llevó el galardón por […]

Por Allan Brito
Nobel de Física 2018 consagró a la primera mujer en 55 años
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La canadiense Donna Strickland se convirtió, este martes, en la tercera mujer en recibir el Premio Nobel de Física, 55 años después de que fuera galardonada la estadounidense de origen alemán Maria Goeppert Mayer, un camino que inició en 1903 la francopolaca Marie Curie.

Por Redacción Miami Diario

Strickland, quien se llevó el galardón por su primera investigación publicada en una revista científica, comparte una mitad del premio con el francés Gérard Mourou “por su método para generar impulsos ópticos ultra cortos y de alta intensidad”, mientras la otra mitad del galardón es para el estadounidense Arthur Ashkin.

“Tenemos que celebrar a las mujeres físicas porque están ahí fuera”, señaló Strickland, quien se dijo “horada de ser una de esas mujeres”, en una breve conexión telefónica con Estocolmo, tras anunciarse el premio. “Pensé que sería más fácil premiar a las mujeres físicas, (…) espero que con el tiempo las cosas vayan más rápido”, dijo.

Los premios nobel en las categorías científicas han sido otorgados hasta ahora, en una abrumadora mayoría a hombres, mientras que las mujeres están algo mejor representadas, aunque siempre por debajo de ellos, en categorías como Literatura o Paz.

Entre 1901 y 2017 solo 49 mujeres se cuentan entre las laureadas en todas las categorías y, en el caso de la Física, de los 210 premiados hasta hoy solo tres han sido científicas.

La pionera fue Marie Curie, quien recibió el galardón en 1903, compartido con su marido Pierre Curie “en reconocimiento a los extraordinarios servicios que han prestado sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubiertos por el profesor Henri Becquerel”, que fue el tercer ganador.

Fue en 1963 cuando Maria Goeppert Mayer lo logro junto a Eugene Paul Wigner y Jan Jensen por “sus descubrimientos sobre la estructura de las capas nucleares”.

El más viejo, otro de los premiados

El estadounidense Arthur Ashkin, de 96 años, se llevó la mitad del premio Nobel entregado este , mientras que el francés Gérard Mourou, de 74 años, compartió la otra mitad con Donna Strickland, nacida en 1959.


Los hallazgos de Ashikin “revolucionaron la física del láser” y “los instrumentos de precisión avanzada que abren campos inexplorados de investigación y una multitud de aplicaciones industriales y médicas”, indicó la Real Academia de Ciencias de Estocolmo.

Ashkin, el laureado de mayor edad de los Nobel en todas las categorías, fue premiado por desarrollar la “pinza óptica” un instrumento que permite manipular organismos extremadamente pequeños, como células o bacterias. En 1987 logró atrapar bacterias vivas sin dañarlas y conservarlas en un ambiente estéril.

Luz extrema

Gérard Mourou, director del Laboratorio de Óptica Aplicada (LOA) y profesor de la Ecole Polytechnique, se dedicó durante 40 años de carrera a incrementar las capacidades de los láseres y a hallarles usos técnicos o médicos, en particular en la cirugía ocular, pero también en la arqueología.

El ingeniero desarrolló el concepto de “Luz Extrema” y fue uno de los impulsores de la creación del Instituto de Luz Extrema (ILE) y del láser civil Apollon de Paris-Saclay (al suroeste de París), que debería alcanzar una potencia de 5 petavatios, esto es 1/35 de la potencia solar recibida por la Tierra.

Pero el láser puede dar esa potencia durante un tiempo minúsculo, solamente algunos femtosegundos, es decir menos de una mil billonésima de segundo, por lo cual la energía total equivale a la de una bombilla eléctrica en un par de días.

La Infraestructura Europea ELI (Extreme Light Infrastructure) desarrolla la construcción de otros láseres en Hungría, Rumania y República Checa, que deberían superar la capacidad de Apollon.

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