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Pedro Corzo: Al rescate del 20 de mayo

Este artículo fue motivado por una joven cubana que comentó no conocer nada sobre el 20 de mayo, aniversario de la Independencia de Cuba, qué como otras fechas de la historia nacional, fue eliminada por el castrismo. Esta joven y varias generaciones de cubanos, ignoran en gran número las ocurrencias del país, porque una de […]

Por Allan Brito
Pedro Corzo: Al rescate del 20 de mayo
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Este artículo fue motivado por una joven cubana que comentó no conocer nada sobre el 20 de mayo, aniversario de la Independencia de Cuba, qué como otras fechas de la historia nacional, fue eliminada por el castrismo.

Esta joven y varias generaciones de cubanos, ignoran en gran número las ocurrencias del país, porque una de las primeras funciones del totalitarismo fue escamotear el pasado común, para escribir la historia a su manera y así poder fundamentar el presente y las perspectivas de futuro, en base a sus intereses.

El pueblo de Cuba alcanzó la independencia el 20 de mayo de 1902, después de un proceso insurreccional de 30 años, caracterizado porque España desplegó en la Isla el ejército más numeroso que envió al continente.

En esas tres décadas murieron en combate algunos de los patriotas más ilustres, Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Antonio Maceo y José Martí, por solo mencionar unos pocos de una pléyade de héroes que dieron su vida por la libertad y que el totalitarismo al censurar la gesta en que participaron, también los omite a ellos.

En la última etapa de ese largo y cruento conflicto bélico,1895-1898, intervino Estados Unidos, tal y como hizo en Puerto Rico y las Filipinas.

La participación estadounidense tuvo un peso indiscutible en el fin del colonialismo español, verdad histórica que ningún gobierno de la península olvida, pero sin duda alguna Washington pasó una gruesa cuenta a sus aliados, la de Cuba fue endilgarnos una ley, conocida como la Enmienda Plat, que tenía como fin satisfacer requerimientos estadounidenses en detrimento de nuestra soberanía.

A pesar de esa enmienda, colocada como apéndice en nuestra primera constitución republicana, 1901, la inmensa mayoría del pueblo cubano creía y respetaba esa efeméride por ser la de nuestro arribo a la independencia, sin embargo, sectores minoritarios, en todos los estratos sociales, ponían reparos a la fecha, argumentando que ese día no se había alcanzado la soberanía plena porque la susodicha enmienda la limitaba gravemente, veredicto que no varió, aunque el apartado a la constitución desapareció en 1934.

Aunque casi todas las efemérides patrias fueron eliminadas del calendario oficial, igual sucedió con las Navidades y Semana Santa, ninguna otra fue tan vilipendiada y mancillada como el 20 de mayo, el régimen aprovechó el sedimento contrario a esta magna fecha para execrarla a plenitud.

El 20 de mayo con sus luces y sombras es una fiesta Patria. Cierto que fueron varios los independentistas que se opusieron a la referida enmienda, pero fueron más los que decidieron aprobarla por tal de que cesara la ocupación estadounidense de Cuba.

El totalitarismo castrista ha pretendido convencer a los cubanos que el acceso a la Independencia nacional se produjo el primero de enero de 1959, una afirmación falsa que transita por la política de refundación nacional de la que tanto gustan los déspotas ideológicos y que según el escritor José Antonio Albertini, es parte de una visión machista de ser el primero que posee a la doncella de la República.

Por suerte para la nación cubana y la República del mañana, el régimen ha fracasado en su propósito de reescribir la historia y moldear las nuevas generaciones en base a sus postulados, un mayoritario sector del pueblo cubano dentro y fuera de la Isla, dan testimonio diario de su voluntad de resistir y seguir el ejemplo de los próceres independentistas con sus tres décadas de lucha.

No faltan cubanos en intramuros o en playas extranjeras, que todos los días no den muestras de su compromiso por recuperar la Nación y la República, un rescate que debería restaurar los valores nacionales y orientar a la población a un plano de convivencia sin precedentes en base a la dolorosa experiencia de estas más de seis décadas de totalitarismo.

Las generaciones que nos precedieron y a la que pertenezco en particular, deben reconocer el numeroso presidio político compuesto por jóvenes valientes, los activistas que combaten por la libertad corriendo grandes riesgos y a los que, en el exterior, no cejan en la lucha.

Este 20 de mayo va ser honrado por numerosos cubanos en el destierro. Son muchas las entidades cívicas y organizaciones políticas, las que dirán presente en una efeméride que debemos redimir.

Pedro Corzo
Periodista
(305) 498-1714
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