Florida, Opinión

Pongamos un alto al entusiasmo del congreso por el derroche en los gastos

Cuando me eligieron por primera vez para el cargo de gobernador, la deuda estatal iba en ascenso, la carga de impuestos agobiaba a las familias y a los creadores de empleos y la economía de la Florida estaba sufriendo. Incluso frente a estas realidades sombrías, los líderes del estado se mostraron reacios a dar marcha […]

Por Allan Brito
Pongamos un alto al entusiasmo del congreso por el derroche en los gastos
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Cuando me eligieron por primera vez para el cargo de gobernador, la deuda estatal iba en ascenso, la carga de impuestos agobiaba a las familias y a los creadores de empleos y la economía de la Florida estaba sufriendo.

Incluso frente a estas realidades sombrías, los líderes del estado se mostraron reacios a dar marcha atrás con sus derroches de gastos y a cambio, tomar medidas efectivas para proteger los dólares de los contribuyentes.

 Rick Scott

Afortunadamente, a diferencia de Washington, el proceso del presupuesto de la Florida incluye la figura del veto a las partidas por renglón – una herramienta importante que fomenta el gasto responsable, al permitir que el poder ejecutivo elimine cualquier proyecto que desperdicie los dólares de los contribuyentes.

Todos los años vemos cómo cientos de miles de dólares, por concepto de proyectos irracionales, consiguen colarse en el presupuesto del estado – a expensas de los contribuyentes de la Florida. Y cada año, de manera cuidadosa  y deliberada, yo mismo reviso el presupuesto, renglón por renglón, con el fin de eliminar los gastos que no tienen sentido.

Fue importante para mí que los líderes estatales, las comunidades y los residentes de la Florida entendieran las razones que motivaron la remoción de cada uno de esos proyectos, y fue justamente por eso que expliqué la razón de cada veto, como por ejemplo, que no hubiera retorno de la inversión, que existieran fondos federales o locales ya disponibles, o que los recursos nunca hubieran sido solicitados.

En última instancia, la única manera de hacer que el gobierno funcione es diciendo no a algunas peticiones de gastos. Actualmente el gobierno federal intenta hacer demasiadas cosas, pero vetando más de 1.800 proyectos de estimación aquí en la Florida, durante los últimos siete años y medio, les ahorramos a a los contribuyentes de la Florida una cifra por encima de los $ 2 mil 400 millones de dólares.

Este nuevo enfoque sobre el gasto responsable en la Florida significó que más fondos estuvieran disponibles para pagar la deuda del estado, recortar los impuestos e invertir en lo que es más importante para nuestras familias, como asegurar fondos históricos para apoyar nuestro sistema de educación y para la protección del medio ambiente.

La economía de la Florida se ha recuperado de manera increíble y las familias y empresas de todo el país vienen a la Florida para alcanzar el éxito. Pero mientras la Florida sirve de ejemplo sobre cómo gastar sabiamente, Washington sigue alejándose de eso, cayendo cada vez más atrás.

Es por eso qué la tercera propuesta de mi Plan “Hagamos Trabajar a Washington” ayudará a responsabilizar al Congreso por los derroches de gastos, otorgando al poder ejecutivo la capacidad constitucional de remover proyectos individuales del presupuesto, a través del veto a las partidas por renglón.

Washington debe crear presupuestos que sirven a los estadounidenses, no a las ambiciones inmediatas de los políticos de carrera. Y cuando los políticos en Washington logran meter sus proyectos de estimación en el presupuesto, con la intención de anotarse unos cuantos puntos políticos – sin tener en cuenta a los contribuyentes que son los que pagan – el Presidente debe tener la autoridad para eliminar estos gastos superfluos, tal como lo hace el Gobernador de la Florida.

Ya sé que habrá políticos que dirán que esto no se puede hacer, o que se ha intentado y ha fallado antes, pero eso no es motivo para no luchar por lo que es claramente mejor para las familias estadounidenses.

Es por eso qué ha llegado la hora de elegir a nuevos líderes con nuevas ideas, y también es por eso qué mi Plan “Hagamos Trabajar a Washington” pretende reformar las maneras viejas y cansadas de pensar en Washington, con el fin de asegurar que el Congreso realmente funcione para las familias de todo el país – no sólo para los políticos de carrera.

Mis dos primeras propuestas fueron la implementación de límites de términos en el Congreso, y que se requiera una votación por mayoría calificada de dos tercios de cada cámara del Congreso, para aprobar cualquier aumento de impuestos o tarifas, antes de que pueda convertirse en ley.

A los políticos en Washington les encanta hablarle a uno sobre todas las cosas inteligentes y de puro sentido común que no se pueden hacer. Tenemos que deshacernos de los políticos que siempre nos dicen lo que no podemos hacer. No hay excusa para no llevar a Washington la manera de pensar de la Florida.

Los políticos de carrera de ambos partidos tienen una cosa en común: les encanta gastar el dinero de los contribuyentes. Pero ahora ha llegado el momento de poner fin al entusiasmo del Congreso con el derroche de gastos.

Después de todo, no es dinero del gobierno – es el dinero de las familias estadounidenses que trabajan duro, y de los creadores de empleos, y el veto a las partidas por renglón traerá la certidumbre de que los estadounidenses estarán recibiendo el mayor retorno para su inversión.

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