Los precios de las importaciones estadounidenses aumentaron al máximo en casi nueve años en enero, impulsados por los precios más altos de los productos energéticos y la debilidad del dólar, respaldando las expectativas de una aceleración de la inflación en los próximos meses.
El Departamento de Trabajo dijo el jueves que los precios de importación subieron un 1,4% el mes pasado, la mayor ganancia desde marzo de 2012, después de aumentar un 1,0% en diciembre, reportó Reuters.
Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que los precios de importación, que excluyen aranceles, subirían un 1,0% en enero.
En los 12 meses hasta enero, los precios de importación se recuperaron un 0,9% después de caer un 0,3% en diciembre. Esa fue la mayor ganancia interanual desde octubre de 2018 y siguió a 11 caídas mensuales consecutivas.
La inflación está siendo vigilada de cerca en medio de las preocupaciones de algunos sectores de que el plan de recuperación COVDO-19 de $ 1,9 billones propuesto por el presidente Joe Biden podría hacer que la economía se sobrecaliente. Pero es probable que la inflación sea impulsada por el mercado laboral, que está experimentando una considerable holgura.
El gobierno informó la semana pasada un aumento moderado de los precios al consumidor en enero. Los precios al productor registraron su mayor aumento desde 2009 en enero, en parte reflejando cuellos de botella en la cadena de suministro causados por la pandemia de coronavirus.
Los precios de los combustibles importados aumentaron un 7,4% el mes pasado después de subir un 8,1% en diciembre. Los precios de los alimentos importados aumentaron un 2,1%.
Excluyendo combustibles y alimentos, los precios de importación se aceleraron un 0,8% después de ganar un 0,4% en diciembre. La subida de los denominados precios de importación subyacentes reflejó la caída del 2,7% del dólar el año pasado frente a las monedas de los principales socios comerciales de Estados Unidos.
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