Nunca se fue, pero sí se alejó totalmente de los focos. A Manu Chao lo agagrró la mano negra del coronavirus actuando donde nadie lo hace, en una gira acústica por locales de India y Singapur.
Por Redacción Miami Diario
Antes estuvo en Argentina, en Mendoza, apoyando un lema: “No a la megaminería contaminante”. Y lo consiguieron: volvió el agua a Mendoza. “Por la perseverancia del pueblo. Ganamos”, publicó en su Twitter. Manu Chao sigue en la lucha, siempre de causas pequeñas que ocupan poco espacio en los informativos.
Pero el coronavirus es otra cosa, una pandemia que afecta al planeta entero, incluido su mundo, el de las batallas invisibles. El cantante parisino ha reaparecido estos días en un escenario más amplio, el de las estrellas que animan el confinamiento. Lo hace a su manera, claro. “Desde casa”, anuncia en uno de los vídeos que ha publicado en sus redes sociales este personaje siempre misterioso y tan alérgico a la prensa. Seguramente es su piso de Barcelona, su base de operaciones, desde donde se mueve constantemente por diferentes partes del mundo, sobre todo Latinoamérica.
Con una gorra, un pañuelo anudado al cuello y el mismo buen aspecto que hace 20 años (el músico tiene 58 años), el ex líder de Mano Negra interpreta versiones a guitarra española de temas suyos y ajenos. Lo hace desde un cuarto repleto de souvenirs recogidos de sus viajes, como bufandas de diferentes equipos de fútbol, una de sus aficiones.
Una de las canciones que interpreta es Otro mundo, de su disco de 2007 La Radiolia. “Soñé otro mundo, soñé menos joda, soñé una mañana que al fin se podía./ Soñé de un amor de noche y de día, soñé la fortuna, soñé la alegría, soñé de la luna que no se rendía”, canta. En otro vídeo realiza una versión del clásico de Kiko Veneno Te echo de menos.
El artista ha llamado a esta serie de canciones Coronarictus Smily Killer Sessions. Y todo lo hace como siempre: canta a la desazón, pero siempre con una sonrisa.
Fuente: ABC
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