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Reina Isabel y la historia del broche en el funeral del príncipe Felipe

La reina Isabel II es la monarca más longeva en el trono británico, y tras un liderazgo que la ha llevado a convertirse en una figura inequívocamente influyente dentro del Reino Unido y la Mancomunidad de Naciones, en el día de la fecha ha debido decir adiós a su compañero de toda la vida, el […]

Por Allan Brito
Reina Isabel y la historia del broche en el funeral del príncipe Felipe
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La reina Isabel II es la monarca más longeva en el trono británico, y tras un liderazgo que la ha llevado a convertirse en una figura inequívocamente influyente dentro del Reino Unido y la Mancomunidad de Naciones, en el día de la fecha ha debido decir adiós a su compañero de toda la vida, el Duque Felipe de Edimburgo, con quien había contraído matrimonio el 20 de noviembre de 1947 en la Abadía de Westminster.

Desde que su alteza real asumió la Corona en 1953, la biografía de la reina Isabel II supone un recorrido por sus labores en su rol de jefa de Estado del Reino Unido y la Mancomunidad de Naciones, en el que además ha contado con el apoyo incondicional del Duque Felipe de Edimburgo, quien según se ha anunciado en un comunicado real el pasado 9 de abril, ha fallecido a sus 99 años de edad, reportó Hola.

La reina Isabel II y el broche en el funeral del Duque Felipe de Edimburgo

‘Es con profundo pesar que Su Majestad la Reina anuncia la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo’, daba a conocer un comunicado real el viernes 9 de abril, mientras en la semana se conocían los detalles del funeral de Felipe de Edimburgo que él mismo había estipulado, y que se ha desarrollado en el día de la fecha en la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, con la presencia de únicamente 30 invitados, entre los que se encontraban el Príncipe Carlos, Camila, duquesa de Cornualles; el Príncipe William, el Príncipe Harry tras emprender viaje desde Estados Unidos, como así también la Princesa Ana, el Príncipe Andrés y el Príncipe Eduardo.

Tras suscitarse la semana de luto correspondiente, la reina Isabel II ha arribado en la Capilla de San Jorge con un abrigo de color negro, pendientes de perlas sobrias, sombrero, cubrebocas y un broche con el que ha decidido rendir tributo a su amado esposo. La joya en cuestión es aquel broche Richmond de la reina María concebido por Hunt y Raskell, que se le había otorgado como regalo de bodas a su abuela en 1893, y ella había utilizado en su luna de miel en Osborne House en la Isla de Wight.

La reina Isabel II heredó el broche Richmond cuando la reina María falleció en el año 1953, y en los últimos tiempos lo hemos visto coronar el vestido firmado por el diseñador Stuart Parvin para la boda del duque y la duquesa de Sussex en 2018, como así también acompañar su traje en un tono negro con el que acudió al Festival of Remembrance del mismo año en el Royal Albert Hall, que buscaba conmemorar a todos aquellos que perdieron la vida en guerras y conflictos pasados, además de honrar el centenario desde el final de la Primera Guerra Mundial.

En la actualidad, la joya constituye uno de los complementos más fastuosos que atesora la reina Isabel II en su colección, y que ha acompañado su vestimenta mientras daba el último adiós al Duque de Edimburgo. El broche Richmond está conformado por una sucesión de diamantes, una perla central en un tamaño sugerente y también suele presentar un componente de gota de perla en forma de pera desmontable, que, en esta oportunidad, la Reina Isabel II ha decidido no forme parte de su vestimenta.

Sentada en la parte delantera de la Capilla de San Jorge mientras descendían el ataúd del Príncipe Felipe a la Bóveda Real, con sus hijos, el Príncipe Carlos, el Príncipe Andrés y el Príncipe Eduardo detrás de ella, Su Majestad rindió tributo a su amado esposo con una joya que hace referencia a las historias de amor en la Corona.

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