El Atlético no quería vender a Griezmann en 2018, de ahí su ofensiva total, con Simeone y Godín ejerciendo de arietes, para convencerle de que se quedará otra temporada, con el sueño de la final de Champions en el Wanda Metropolitano como acicate. Lo logró, pero con un precio y un pacto que garantizaban el desenlace que hoy se ha vivido.
No es que dejara la puerta entreabierta para que el francés se marchase ahora, es que no había ni puerta. Las cuentas lo delatan: al renovar el verano pasado, la cláusula subía de 100 a 200… pero sólo durante unos meses.
El 1 de julio bajó a 120, un precio por debajo de mercado, pero que permitía al Atleti venderle por 20 millones más de los que hubiera recibido hace un año. Casualmente, los mismos 20 millones de sueldo estratosférico con los que convenció a Griezmann para quedarse.
Conclusión: el Atleti saca el mismo beneficio y cuenta un año más casi a coste cero con el futbolista, que se lleva una millonada por un año de prórroga y acaba en el mismo sitio. Todo lo que ha ocurrido esta temporada, cada negociación y cada preacuerdo, estaba coreografiado desde el verano pasado.
Más sobre este tema
- Éxito en la producción de alimentos, el sueño hecho realidad que cumple Alejandra Romero en Miami
- Rehabilitación de vías en Miami: Entérate de los horarios de cierres, desvíos y evita el tráfico
- SMILEY, una comedia romántica que ilumina Miami con sabor latino
- Cómo mantenerse en forma durante unas vacaciones en Miami
- Miami Seaquarium toma medidas correctivas mientras su futuro sigue en debate