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Se avecina un caos mundial en Ikea, asegura un trabajador

Un trabajador de Ikea pronostica el caos que se avecina en las tiendas de todo el mundo. Los problemas de suministro no son exclusivos de Reino Unido. Uno de esos sectores afectados, muy concreto, es de los productos de Ikea. Así lo ha contado un trabajador de la compañía con el que ha hablado Insider […]

Por Allan Brito
Se avecina un caos mundial en Ikea, asegura un trabajador
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Un trabajador de Ikea pronostica el caos que se avecina en las tiendas de todo el mundo.
Los problemas de suministro no son exclusivos de Reino Unido. Uno de esos sectores afectados, muy concreto, es de los productos de Ikea. Así lo ha contado un trabajador de la compañía con el que ha hablado Insider y que cuenta cómo esos problemas de stock generan tensiones con los clientes al tiempo de que avisa, como han hecho muchos expertos antes, de que lo peor está aún por venir.

Las relaciones con los clientes se complican

Este trabajador anónimo pero verificado por el citado medio y con el que ha hablado la periodista freelance Elle Hardy narra su experiencia a pie de tienda y cómo la relación con los clientes se ha roto en los últimos tiempos. Bastante pesimista sobre la posibilidad de recomponerla, cuenta más de un encontronazo con personas que se enfadan “cuando las cosas no están en stock” y lo pagan con quien está delante. En este caso, el trabajador de Ikea. Un dependiente que señala el hecho de que esas personas no son conscientes de que la cosa va a ir a peor.

“En este momento, el bloqueo de la cadena de suministro es una verdadera lucha. Algunos clientes son comprensivos, pero los que no se hacen notar. Hace poco vino alguien que dijo que la razón por la que no teníamos nada en stock era porque nuestra empresa es socialista. Otro cliente me dijo que no estábamos prestando atención a nuestros niveles de existencias, por lo que es culpa nuestra”, comenta.

Pero lo que más le preocupa a este trabajador es la incapacidad de algunos clientes para ver el problema real y es que “no va a mejorar”. El resumen de lo que ha pasado en Ikea y que sería extrapolable a otros muchos negocios es que “estos problemas se han ido acumulando lentamente desde que reabrimos después del cierre. Nuestras acciones se vendían más rápido de lo previsto, luego, finalmente, los problemas de la cadena de suministro se afianzaron y nunca nos pusimos al día por completo”.

Para este trabajador, que sufre en primera persona las quejas de quienes no consiguen lo que quieren en el momento, una parte de culpa de esa reacción la tiene “la cultura de la gratificación instantánea”, que, desde su punto de vista “echa a perder a la gente”.

Su mensaje de que la situación no va a ir a mejor en un corto periodo de tiempo, sino más bien al contrario, es algo de lo que llevan avisando expertos en comercio y economía desde hace algunas semanas ya.

La NBC publicaba un reportaje en el que se alertaba de que tanto minoristas como fabricantes están realizando pedidos ante la preocupación de que la cadena de suministro global falle por completo y se queden sin mercancía. Una táctica de acopio en exceso o con mucha anticipación que no está haciendo otra cosa que agravar la situación, como ha avisado Jonathan Savoir, director ejecutivo de la firma de tecnología de la cadena de suministro Quincus.

El origen del problema

El origen de este desajuste en la cadena se remonta a marzo de 2020, cuando se decretaron los primeros confinamientos a nivel mundial y eso supuso la parálisis casi por completo de la economía. Las restricciones duras que se impusieron entonces hicieron caer la demanda en picado, pero también la producción. En muchos países se clausuró todo lo que no se consideró servicios esenciales. La actividad económica se desplomó y se frenó la producción.

A todo esto hay que sumar los cierres de fronteras, las restricciones y requisitos impuestos por cada país para cruzarlas y que muchas veces dificultan el movimiento de mercancías, la falta de marineros y conductores, la caída en la inversión durante 2020, el aumento del precio del combustible… Una suma de razones y causas que después de más de un año y medio de pandemia han comenzado a afectar al consumidor al reactivarse la economía y la demanda.

Según publica la CNN, hay problemas de stock en productos tan diversos como semiconductores, combustible, juguetes, ropa, comida, chips, papel… y el Black Friday y las Navidades están a la vuelta de la esquina.

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