Rodrigo está muy molesto con su seguro porque “se desentendió” de una demanda por responsabilidad civil puesta en su contra. Resulta que el hijo menor del vecino se accidentó en la piscina. Se coló sin permiso y al tirarse de cabeza se golpeó y quedó inconsciente. El niño fue intervenido quirúrgicamente por un neurólogo y lleva tres meses recibiendo rehabilitación para recuperar la movilidad.
Rodrigo considera que los vecinos han actuado de mala fe ya el niño no tenía autorización para entrar en su casa. Y mucho menos, para usar la piscina. Además, se siente doblemente decepcionado porque su compañía de seguro se niega a protegerle de las demandas en su contra porque existen evidencias de negligencia.
Efectivamente, cuando Rodrigo construyó su piscina y se lo comunicó al seguro, el agente le advirtió que debía cercar la piscina para evitar acceso de personas no autorizadas. Así lo dice en el contrato. Rodrigo hizo caso y puso la verja pero en el momento del accidente la piscina carecía de cierre. Por ello el niño pudo acceder sin mayores dificultades.
El Insurance Information Institute recomienda que al instalar una piscina, un trampolín o cama elástica, se sigan todas las recomendaciones de las aseguradoras. El asegurado debe revisar bien la póliza con un agente para estar consciente de contar con la protección adecuada y comprender si está siguiendo todas las pautas marcadas por el contrato.
Es una pena todo el suceso, pero Rodrigo no podrá evitar pagar de su bolsillo por esta negligencia no intencionada.
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