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UniVista: Cualquiera mete la pata

Dos emprendedores bordean la quiebra por desconocimiento en un negocio con mucho futuro Ramón y Laura crearon con mucho esfuerzo una compañía de catering. Preparan menús para eventos, fiestas particulares y reparten comida a domicilio. Para ello han alquilado una cocina muy bien equipada en una zona céntrica de Miami, donde Laura dice sentirse la […]

Por Allan Brito
UniVista: Cualquiera mete la pata
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Dos emprendedores bordean la quiebra por desconocimiento en un negocio con mucho futuro

Ramón y Laura crearon con mucho esfuerzo una compañía de catering. Preparan menús para eventos, fiestas particulares y reparten comida a domicilio.

Para ello han alquilado una cocina muy bien equipada en una zona céntrica de Miami, donde Laura dice sentirse la reina de los fogones.

La pareja se levanta muy temprano y, tras dejar los niños en la escuela, se ponen a elaborar el menú que repartirán entre los diferentes clientes.

Mientras Laura queda cocinando, Ramón se encarga de ir al mercado y traer los insumos necesarios para su negocio. Después hace las labores de reparto. Para ello, utiliza una camioneta que tiene mucho espacio y le permite llevarse de una vez los diferentes pedidos. El negocio va de maravilla, mas los ingresos aún no alcanzan para tener un pinche de cocina, como sueña Laura.

Pero un día, cuando Ramón llevaba un catering a la casa de un cliente, dando marcha atrás, sin querer estampó la camioneta contra un vehículo muy bajito que no vió y éste, por efecto dominó, chocó contra la puerta del garaje frente a la cual estaba parqueado. ¡Un verdadero destrozo! Ramón muy ecuánime, con calma, sacó su teléfono y llamó al seguro para que este se hiciera cargo del accidente.

A la semana de la reclamación, Ramón recibió una desagradable notificación. Su aseguradora no se iba a hacer cargo de nada relacionado con el accidente. Porque él se encontraba utilizando su camioneta de reparto con un seguro personal. Y el contrato es claro, le dijeron del otro lado de la linea telefónica, la póliza no le protege si utiliza su vehículo particular para actividades comerciales, sin el seguro adecuado.

Ahora Ramón y Laura no saben qué hacer. Deben arreglar su camioneta para seguir trabajando, tienen una demanda del dueño del vehículo siniestrado por 10.000 dólares de arreglo y deben pagar los gastos de la reparación de la puerta del garaje. Todo tiene que salir de su bolsillo porque finalmente, sin saberlo, estaban trabajando sin seguro.

Si usted tiene un negocio y utiliza su vehículo privado para trabajar, llame a Univista Insurance y saque un seguro comercial para su auto. No ponga las finanzas de su familia en riesgo como Laura y Ramón.

Univista Insurance: 305-740-1340

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