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UniVista: ¿El ruiseñor y la rosa?

Cuentan que un joven estudiante estaba locamente enamorado de la bella hija de su profesor. En el lugar iba a haber un baile y ella le prometió que bailaría con él toda la noche, si le traía una rosa roja. Tras buscar sin éxito la flor, el joven lloraba desconsoladamente porque iba a perder el […]

Por Allan Brito
UniVista: ¿El ruiseñor y la rosa?
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Cuentan que un joven estudiante estaba locamente enamorado de la bella hija de su profesor. En el lugar iba a haber un baile y ella le prometió que bailaría con él toda la noche, si le traía una rosa roja.

Tras buscar sin éxito la flor, el joven lloraba desconsoladamente porque iba a perder el amor de su vida. “Tanto estudiar, tanto conocer filosofía y mi amor depende de una rosa roja”, lamentaba amargamente el joven descorazonado.

Un ruiseñor que anidaba en un árbol frente a su ventana sintió compasión por el llanto del joven, a quien consideró un verdadero enamorado. Incluso sintió un poco de vergüenza porque mientras éste sufría, él se dedicaba a cantar y cantar.

Conmovido, el pájaro se hizo el propósito de conseguir a cualquier precio la rosa, para que el joven pudiera declarar su amor a su bella amada.

El ruiseñor voló por todos los rosales de la zona, pero ninguno tenía una rosa roja. De regreso a su nido vio un rosal justo bajo la ventana del joven estudiante y le preguntó, ¿por qué no tenía rosas? A lo que el rosal le respondió que el frío invierno lo había secado. Cuando el ruiseñor le explicó que necesitaba una rosa roja antes del amanecer, el arbusto le dijo: “Si quieres una rosa tienes que hacerla a la luz de la luna, con tu música, y teñirla con sangre de tu corazón. ¿Te atreves?” “Aunque amo mucho la vida y disfruto de ella, dijo el ruiseñor, ¿cómo comparar el corazón de un pájaro con el corazón de un hombre enamorado?”

La muerte es un buen precio por una rosa roja, dijo el ave. Cuando llegó la noche, el ruiseñor colocó su pecho en una de las espinas del rosal y comenzó a cantar dulcemente bajo la luz de la luna. Mientras brotaba la melodía, crecía una rosa cada vez más hermosa. “Pero está pálida”, dijo el pájaro. El rosal le pidió que hincara más su pecho contra la espina para poder llegar al corazón y teñirla con su sangre. Así hizo el ruiseñor y la flor comenzó a tomar un color rojo púrpura. Sin embargo, el pobre ruiseñor quedó exhausto y murió.

Al otro día, el joven enamorado se asomó por la ventana y vio una hermosa rosa roja que tomó con alegría para llevársela a su amada…….(no vamos a contar el fin de esta historia).

Muchas personas asocian el seguro de vida con un acto de sacrificio parecido al protagonizado por el ruiseñor del famoso cuento de Oscar Wilde que aquí hemos resumido. Si bien tener un seguro de vida es un acto de amor, porque con él se busca garantizar la tranquilidad financiera de la familia en caso de que uno fallezca, no es un acto de sacrificio. Éste se materializa con un pequeña mensualidad que dependerá del tipo de seguro de vida que se contrate y la edad del cliente.

Los especialistas en seguros de Univista Insurance le pueden explicar cómo dejar garantizada la estabilidad financiera de la familia en caso de perder la vida.

Le adelanto un secreto: para ello no tendrá que poner su pecho en espina alguna.

Univista Insurance: 305-740-1340

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