Si alguien compra una casa, el prestamista le obliga a tener un seguro de propietario. Si queremos conducir un auto, la ley obliga a tener un seguro de auto. Sin embargo, existe algo más valioso que la casa o el auto y muchas personas ni siquiera intentan protegerlo. ¿Sabe a qué me refiero?: A la vida.
Claro que es muy importante. Cuando alguien adquiere un seguro de vida y fallece, esa simple decisión carga a la familia con los pagos de la hipoteca, el préstamo del auto y los estudios de los hijos. No se trata de una exageración. Lo mejor es que las cuotas de un Seguro de Vida a Término, en muchos casos, no superan el dólar diario.
¿Qué es un seguro de vida a término?
Pues es aquel que protege al cliente durante un período de tiempo que puede ser 10, 15 o 20 años.
En general es un contrato muy sencillo, se asemeja al seguro de un auto. El cliente conoce de antemano cuánto tiene que pagar de prima y el tiempo que está protegido. Si durante ese período fallece, los familiares cobran la 
cantidad asegurada. Si se vence el período de tiempo y afortunadamente el cliente no fallece, podría renovar la póliza con nuevas condiciones.
Por otra parte, un Seguro de Vida a Término también brinda protección contra invalidez. Si el asegurado sufre un accidente, no tiene que morir para cobrar el seguro de vida. Si queda inválido, estará cubierto.
No por gusto el 54% de los estadounidenses están protegidos con un seguro de vida.
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