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UniVista: Seguro para qué, mi abuela vivió 40 años en esta casa y jamás se inundó

La abuela de Julio le dejó en herencia una casita en West Miami. Tiene tres habitaciones y dos baños. Julio lleno de sueños fue a su banco y pidió para renovar la casita entera. Le cambió los suelos, los techos. Puso baños nuevos, con unos azulejos muy parecidos a los que tenía el baño de […]

Por Allan Brito
UniVista: Seguro para qué, mi abuela vivió 40 años en esta casa y jamás se inundó
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La abuela de Julio le dejó en herencia una casita en West Miami. Tiene tres habitaciones y dos baños. Julio lleno de sueños fue a su banco y pidió para renovar la casita entera. Le cambió los suelos, los techos. Puso baños nuevos, con unos azulejos muy parecidos a los que tenía el baño de la habitación del hotel de su viaje a Roma por Luna de Miel.

A Julio le encanta cocinar tal es así que ubicó su cocina en el centro de la casa. Ha ideado un diseño para que la persona que esté cocinando pueda interactuar con quienes le visitan. Ha puesto un horno nuevo y una gran nevera de acero inoxidable que “cabe un puerco entero”. Y si fuera poco, sustituyó las antiguas alfombras de las habitaciones por suelo de madera y colocó ventanas alto impacto, “por si viene algún huracán, en Florida nunca se sabe”. Ubicó cortinas inteligentes que se cierran de forma automáticas cuando les da el sol.

Cambió los conductos de aire acondicionado y puso un nuevo generador en el patio. Julio también compró un televisor inmenso de 80 pulgadas donde “mira la pelota como si estuviera en el mismo estadio”. Ha comprado un juego de cuarto para cada uno de sus hijos, “quiero que vivan como yo nunca pude”. Julio, literalmente, ha tirado la casa por la ventana.

La casa de Julio está pintada, parece otra, los amigos y familiares que le visitan hablan del buen gusto que tuvo a la hora de renovar su vivienda.

Julio cree que esta renovación le servirá además que para vivir mejor, para “ahorrase un dinerito en la póliza del seguro de hogar”. Antes de la renovación le pedían mucho dinero, argumentando que la casa estaba en muy mal estado. Eso sí, “como la casa está ubicada en una zona de bajo riesgo de inundación, no piensa gastarse ni un centavo en un seguro de inundación. “Eso es tirar dinero”, suele decir. Mi abuela vivió aquí 40 años y nunca esta zona se inundó”, se justifica.

Lo que Julio desconoce es que más del  20% de los reclamos a los seguros de inundación se producen en las zonas denominadas de bajo riesgo. 

Mi consejo a Julio es que se ponga en contacto con Univista Insurance y pida una cotización para un seguro contra inundación. Sé de buena tinta por el costo de 400 dólares al año se puede proteger hasta $100.000 dólares en daños estructurales y  sus pertenencias personales. Yo si fuera Julio, protegería lo que con tanto sacrificio ha creado para él y su familia.

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