Un seguro de inundación le liberará de sopesar la peligrosa idea de tener que quedarse a proteger su casa en caso de huracán
La terrible lección que nos dejó el paso devastador del huracán Dorian por Bahamas es que, como resultado de las inundaciones, muchas personas quedan atrapadas por las aguas y mueren o sufren graves lesiones.
Aunque, hasta la fecha, se han confirmado solo 30 personas fallecidas en todo el archipiélago, la cifra de desaparecidos sobrepasa las 1.300 personas, según el último informe de la Agencia Nacional de Manejos de Emergencia de Bahamas, NEMA por sus siglas en inglés.
Si las previsiones meteorológicas dicen que la zona donde vive puede ser afectada por un huracán, no se haga el 
valiente ni intente quedarse cuidando la propiedad. La vida es la propiedad más valiosa que tenemos.
Cuando las autoridades emitan el aviso de desalojo obligatorio por inundación, salga de la zona inmediatamente con toda su familia y lleve consigo también a sus pequeñas mascotas.
Y si diera la casualidad de que se quedara atrapado en una inundación repentina, busque un lugar seguro y alto. Evite moverse a través de las zonas inundadas ni a pie ni en vehículos. Estos últimos se pueden convertir en trampas mortales si son arrastrados por las fuertes corrientes de agua y viento que acompañan a un huracán.
Aplique el dicho que prevenir es mejor que curar. Su casa debe contar con un seguro de inundación y así no 
lamentará los daños materiales que pueda ocasionar la furia de las aguas.
Un estudio de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias de EEUU (FEMA) plantea que, si un huracán Categoría 3 golpeara la Florida, pondría en riesgo 1,788,080 casas unifamiliares y el costo de reconstruirlas alcanzaría los 372,102 millones de dólares.
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Recuerde que si viene un huracán, es mejor decir aquí corrió un asegurado a lamentar, diciendo: aquí se ahogó un negligente.
