El sueño de la mayoría de personas es llegar, algún día, a poseer una vivienda, un espacio propio, un refugio del mundo exterior, un lugar al cual llamar hogar.
Por Yaima Lorenzo
Pero, para muchos, este sueño se desdibuja con los años, entre gastos cotidianos de renta, alimentos, educación, entre otros. Parece imposible y van renunciando, con la desilusión haciendo mella en ellos.
Otros, sin embargo, perseveran en el sueño y lo alcanzan, incluso, en circunstancias similares a los primeros.
¿Cuál es la diferencia entre los unos y los otros? El conocimiento, una actitud decidida y contar con la guía adecuada.
En el proceso de llegar a ser propietario, existen varios pasos de suma importancia, con el fin de garantizar el éxito.
En primer lugar, deberías hacerte ciertas preguntas en torno al tipo de vivienda que necesitas, de acuerdo con tu situación particular y familiar; con el propósito de poner en orden tus prioridades y tomar la mejor decisión.
Luego, resulta necesario analizar tus finanzas, teniendo en cuenta el presupuesto que necesitarás para el pago inicial (down payment), los gastos de cierre y los pagos mensuales. En este momento, se hace preciso trabajar con un lender que pueda explicarte estos y otros costos relacionados con la compra de una casa; así como seleccionar el mejor programa de financiamiento para ti.
Una vez sorteada la parte financiera, empieza la diversión: visitar casas, hasta hallar aquella que te apasione. A fin de cuentas, será tu hogar por un largo período de tiempo.
Y cuando encuentres aquella que se ajusta a ti y a tus necesidades, es tiempo de presentar la oferta al vendedor. En este paso, hay que considerar varios elementos, con el fin de mostrar una propuesta consistente, que tenga las mayores posibilidades de ser aceptada. Esto puede sonar un poco estresante, pero no te preocupes, en esta etapa como durante todo el proceso, serás guiado correctamente por tu agente inmobiliario (Realtor).
Cuando tu oferta es aceptada, quedan algunas diligencias finales, como appraisal, inspección y cierre. Y entonces sí, las llaves de la casa serán tuyas y podrás comenzar a disfrutar de este hogar, al cual te han llevado tu perseverancia y la guía de profesionales especializados.
Este es un artículo introductorio sobre el tema. En trabajos posteriores desarrollaré cada uno de estos pasos para ofrecerte mayor claridad sobre los mismos.
