Opinión, Política

Alfonso M.Becker: Pista de baile para dos…

“Todo, absolutamente todo lo directamente experimentado en geopolítica se ha convertido en una representación para efebos y prostitutas” Uno de los encuentros más apasionantes en la retórica y en la erótica de lo geopolítico se acerca… Hasta ahora, en el gran baile de los malditos en Siria, el presidente de los Estados Unidos y el […]

Por Allan Brito
Alfonso M.Becker: Pista de baile para dos…
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“Todo, absolutamente todo lo directamente experimentado en geopolítica se ha convertido en una representación para efebos y prostitutas”

Uno de los encuentros más apasionantes en la retórica y en la erótica de lo geopolítico se acerca… Hasta ahora, en el gran baile de los malditos en Siria, el presidente de los Estados Unidos y el mandatario de Rusia han escenificado parte de su poderío desplegando su hardware militar y sus endiabladas tácticas y estrategias para matar – dicen ellos- yihadistas en un tablero de guerra civil foránea; que es lo mismo que decir que mostrar la exigua musculatura del Pentágono para estos menesteres, sacar pecho moscovita bipolar y advertir, en el juego de alianzas euroasiáticas, que la testosterona crece entre los enemigos emergentes de Washington…

Por Alfonso M. Becker

Nunca en la historia de la humanidad se ha mentido tanto sobre el terrorismo palestino y sobre los asesinos islamistas que matan en nombre de Allah; nunca de manera tan inmoral, con tanta desfachatez y con tanta falta de vergüenza sobre asuntos de un territorio como el Middle East…

Se podría argumentar que en la guerra todo vale y que todas las argucias son pocas para conseguir los objetivos deseados, al fin y al cabo, el arte de la guerra es una manifestación de la actividad humana mediante el cual se defienden los grupos de las agresiones o bien se pelea hasta la muerte por conseguir territorios, riquezas y poder…

De los deprimentes cachivaches bélicos iniciales para debutar en Siria, por tierra y por aire, protegiendo a los asesinos del clan Assad, Rusia, ha pasado a desplegar lo mejorcito de su muestrario de ventas en lo que a exportación de armas se refiere.

Nada mejor que probarlos en un tablero de guerra que el presidente ruso cree dominar; y lo hace amargando la existencia a Israel y calentándole los testículos a Donald Trump…

Con el sistema antiaéreo S-300 «Favorit», Vladímir Putin, quiere proteger el trasero de Bashar el-Assad con una narrativa espectacular a lo Nikita Jrushchov, aquel que fue un maleducado escandaloso, grotesco y peculiar ex dirigente comunista de la Unión Soviética.

Con ello, el presidente ruso pretende anunciar al mundo que Rusia es un poderosa potencia militar y que ha osado enfrentar a los Estados Unidos en la versión número dos de una guerra fría que nunca se creerá ni el más tonto de los analistas geopolíticos.

Eso que pretende ser un “alarde pedagógico” del presidente ruso, es una clara muestra de las payasadas desplegadas por el Kremlin en Siria o un claro ejemplo como en el caso de envenenamiento de espías rusos pasados a Occidente: charade de película barata para alimentar el mito de una suerte de polo de referencia bipolar en un mediocre espectáculo que solo se tragaría un fanático islamista…

La pobreza escenográfica de este intento fallido de moraleja por parte de Moscú, da una ligera idea de los graves problemas por los que atraviesa la economía rusa y el alto coste en miles de millones de dólares que pagará por su “vacilada” en Siria.

La única “verdad” en todo este montaje de Siria es que el Kremlin está haciendo caja y seguirá recolectando
dinero en Libia y allá donde sean requeridos sus “servicios” por el Pentágono. Debe entender el lector interesado en geopolítica que el “entrañable” enemigo ruso sigue siendo un competidor de Estados Unidos.

Pero una cosa es ser un competidor “gamberro” y otra catalogar a Rusia como un peligro para la seguridad de Washington y de Bruselas…

La única amenaza firme y real para la potencia militar americana es China.

En la era de las falsedades políticas, lo que otrora era demagogia soviética, se ha tornado propaganda, desinformación y manipulación continua de los mass-media por parte de la inteligencia rusa.

La Retórica de Aristóteles y los Diálogos de Platón dan buena cuenta del señor Vladímir Putin de forma magistral como si el presidente ruso fuera de aquella época… El meticuloso análisis de sus bravatas, desde la Grecia Antigua, contra Israel y sus peroratas contra Washington son una obra de arte de la política donde se “retrata” -desde el pasado- la estructura psicológica de un ex-agente del KGB que logró hacerse con todo
un país. El Estado-Nación más grande de la tierra…

Si hay un piropo más grande para un enemigo entrañable, para Vladímir Putin, valga este artículo en elogio del presidente ruso.

Dice un refrán español del siglo XV: “Quien roba el cajón del dinero de una tienda merece la cárcel; pero el que roba y se queda con todo un reino, solo merece la fama y la gloria”…

Aún así, Donald Trump, le concede este baile a su enemigo el presidente Putin… Los turbios negocios entre el Pentágono y los militares rusos tienen su razón de ser en que los aliados europeos de la OTAN son absolutamente incapaces de colocar una fuerza operativa que sea capaz de cubrir las espaldas de los marines desperdigados en una docena de bases en territorio sirio; y mucho menos capacitados para desplegar una
Combined Task Force que pueda detener las fechorías de Teherán y sus proxy delLibano…

No obstante, se puede argumentar que franceses y alemanes operan en el Sahel para seguridad del Mediterráneo y que el resto de la Unión Europea trata de recomponerse en el llamado “frente ruso” (por llamarlo de alguna manera) tras el toque de zafarrancho de Donald Trump exigiendo dinero a los socios europeos, árabes, japoneses y australianos para la autodefensa y advirtiendo a gritos que hay que prepararse para los conflictos bélicos que se vienen encima…

Pero una cosa es el Sahel y otra bien distinta el teatro deoperaciones militares en la media luna chií…

El caso es que el “gran Donald” tiene razón al negociar con los rusos. Aseguran en el Pentágono.

La rica y hedonista Europa cree que todo se compra con dinero, pero en la guerra no es así. En la guerra el dinero y la vida te los roban…

Aseguran en Beltway que si Donald Trump desprecia el imperialismo maquillado de la Unión Europea es porque su élite “amanerada” se cree con el derecho a urbanizar Oriente Medio a su conveniencia y con la peor muestra de antijudaísmo…

Pero el lector debe saber que la pista de baile en Oriente Medio es tan solo para dos… todos los demás, sobran.

Dice un antiguo refrán sobre los aventureros rusos que “para el ambicioso perturbado todo es poco” y en su afán de seguir los pasos de la superpotencia americana, el Kremlin, contabiliza en secreto las bajas de contratistas rusos por miles de cara a la galería doméstica, pero millares de muertos son difíciles de ocultar en lo doméstico aunque no sean militares profesionales; y mucho más si las penalidades y el hambre azotan a los rusos. A fin de cuentas, todos los políticos y todos los militares son mendax ab initio…

¿Pero qué pasa con los invitados maleducados y molestos en Siria? Catar y Turquía son dos gobiernos crueles y asesinos de sus ciudadanos, y traidores a Occidente. La hermandad musulmana (Yami’at al-Ijwan al-Muslimin) está apoyada por ellos y el torpedeo a Estados Unidos lleva años, así como la matanza de saudíes y de todos los árabes aliados de Washington.

En Ankara, el asesino mahometano Recep Tayyip Erdogan sigue reteniendo rehenes americanos, y en Doha, el emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, sigue entrenando y dando cobijo a los asesinos Muslim
Brotherhood que atacan en Europa y en Estados Unidos.

De la sabiduría del pueblo hebreo trasciende que todos los regímenes políticos se pueden dividir en tres tipos: tribal, nacional e imperial… El filósofo israelí, Yoram Hazony, va directo al grano en su último libro publicado y asegura que el primero es un régimen premoderno dirigido por ancianos y que se rige por las tradiciones. El segundo es el nacional que formaliza un gobierno y eleva a la tribu a la condición de moderna. El tercero
el imperio que gobierna sobre muchos pueblos diferentes.

¿No parece que el primero es el único régimen político que existe en las mal llamadas tierras del Islam?

Decía Martha Graham que el baile es el lenguaje oculto del alma… Sin embargo, en geopolítica no lo es. Las nuevas “alianzas” de Moscú con los chinos o con la peor ralea persa solo revelan a Washington una suerte de tartamudeo como el que Rusia utiliza en Siria.

Las amenazas de Putin de unirse al enemigo más peligroso no se las traga nadie porque Rusia corre un serio peligro de ser “absorbida” por China.

Hoy -más que nunca- la famosa alternativa única que predijera Zbigniew Brzezinski es toda una profecía que se cumplirá si el Kremlin no reconoce -a pesar de su arsenal nuclear- que es una potencia regional en declive y con graves problemas económicos.

Los lectores deben saber que Rusia tiene el mismo PIB que España pero con el triple de población lo que dibuja su economía como la de un país del Tercer Mundo…

Es por eso que ni Israel ni los Estados Unidos temen que el insoportable “maratón” de Vladímir Putin y Donald Trump estropee la fiesta en Siria.

El ascenso de los retadores globales contra Washington, con China a la cabeza, ya está observado con lupa desde Capitol Hill; es algo muy serio porque Washington se prepara para una guerra de envergadura contra Beijing, y lo peor de todo es que la riqueza de China y el crecimiento de su ejército ha sido gracias al orden mundial liderado por los Estados Unidos.; o sea, por invitar a tu casa a quien no debes…

Solo un ignorante puede creer en una alianza ruso-china de carácter militar, y mucho menos tratar como aliados para la guerra a Moscú y a Teherán…

El Kremlin sabe que, tarde o temprano, Bashar el-Assad será eliminado y que el merecido premio para Moscú
son las bases militares en Siria y no se descarta que obtenga los mismos “obsequios” de Washington en Libia, tras algunos trabajillos para proteger el Mediterráneo…  Lo que indica, claramente, que Rusia trabaja a destajo para Beltway en el más absoluto de los secretos.

La mentira es el arma privilegiada de quienes se encuentran en serios apuros, y en este caso Rusia se encuentra en una grave situación de inferioridad y debilidad respecto a China. No hace falta un análisis fenomenológico sobre la desinformación espectacular desarrollada por la inteligencia militar (GRU) rusa.

El marco teórico en el que se desenvuelve es la sociedad de espectáculos continuos; algo muy importante para que el gobierno de Putin sobreviva a nivel doméstico y más importante aún cuando Rusia vive la
ansiedad de ser invadida por China.

El hardboiled como narrativa es el relato preferido por Vladímir Putin; la ficción geopolítica creada por el Kremlin con todos sus ingredientes de masacres, crímenes, sexo, tráfico de mujeres, violaciones masivas, actos heroicos y algo de patriotismo removido y vuelto a remover en una olla de la que se obtiene un suculento guiso de guerra fría que tanto alimenta a la chusma mahometana fanatizada.

Nunca se ha mentido tanto contra Israel, desde la Europa antisemita, nunca se han escrito tantas falsedades sobre las migraciones, jamás se ha embaucado y manipulado tanto como ahora a la opinión pública occidental sobre el terrorismo islámico; prensa, radio y televisión al servicio de una élite hedonista paneuropea que se ha creído con el derecho exclusivo de señalar a Israel como culpable de todo lo que pasa en Oriente Medio y a los Estados Unidos como una “mala compañía” de la que hay que separarse para poder ganar más dinero…

Pues Bruselas debería tener mucho cuidado porque este es un baile donde danzan los malditos y es muy grande pero, al final, solo hay pista para dos. Se irán cayendo los que no aguanten.

Rusia está haciendo el trabajo para Beltway que debería hacer un aliado como la Europa que tanto debe a los Estados Unidos. Cuando termine el maratón sirio el premio será en exclusiva para Donald Trump y el presidente ruso.

Todo, absolutamente todo lo directamente experimentado en geopolítica se ha convertido en una representación para efebos y prostitutas que aparecen y desaparecen de la escena a placer de un mago que saca conejos de su chistera y cortinas de humo para desaparecer por el foro.

Algún día los lectores comprenderán quiénes, cómo y porqué colocaron a Donald Trump al frente de los Estados Unidos. Que Vladímir Putin sea un totalitario le importa un carajo a la Casa Blanca.

Más peligrosos y traidores son los que siempre se llamaron “aliados” de Washington o de Israel y ahora se comportan como los peores enemigos.

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Europa se derrumba como un castillo de naipes…

¿ Y usted, cuando observa, qué es lo que ve?

Ahora que todos miran para otra parte…

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