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Café brasileño pone en jaque producción regional

Los productores cafetaleros de México rechazaron la política de su país de aumentar las importaciones del café de la variedad Robusta, procedente de Brasil, debido al impacto negativo en el precio para los agricultores locales. Por Redacción MiamiDiario Solo en este año, se espera la importación de 1 millón 200 mil sacos, 1.56 millones de […]

Por Allan Brito
Café brasileño pone en jaque producción regional
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Los productores cafetaleros de México rechazaron la política de su país de aumentar las importaciones del café de la variedad Robusta, procedente de Brasil, debido al impacto negativo en el precio para los agricultores locales.

Por Redacción MiamiDiario

Solo en este año, se espera la importación de 1 millón 200 mil sacos, 1.56 millones de quintales, desde el país carioca. En el mercado local este insumo puede llegar a costar unos 1.250 pesos el quintal.

En tanto, la producción regional se cotiza en 3.000 pesos el quintal, con lo cual resulta imposible competir con el producto extranjero. Sin duda, es un escenario de riesgo para los agricultores locales que cada año producen 4.2 millones de sacos o 5.46 millones de quintales.

Al respecto, la Coordinación de Organizaciones Cafetaleros y el Consejo Regulador del Café en Coatepec en la plaza Lerdo exigen detener la masiva importación y no permitir la propuesta de empresas transnacionales de cultivar más área del café Robusta.

Con el doble de cafeína en su contenido, esta variedad tiene un gusto final amargo y es poco perfumado. En cambio, el café mexicano posee propiedades anticancerígenas, estimula el proceso digestivo, además de la memoria y la concentración. Esto ocurre porque la mayoría de productores mexicanos usan la variedad Arábica que por poseer menos cafeína, representa una bebida más aromática y suave al paladar.

Debido a estas características del producto nacional es que se mantiene una tendencia al alza en las exportaciones, que solo en el caso de Alemania, las ventas se incrementaron de 21 millones en el 2018 a 27 millones durante el año pasado.

En esa línea, el país intenta recuperar su sitial que logró hace dos décadas en donde el 5% de la exportación mundial de café se originó en tierras aztecas. Ahora ha perdido este puesto y no aparece ni en la lista de los 10 mayores exportadores de café del mundo, en donde cinco son países latinoamericanos.

De otro lado, los voceros de las organizaciones de productores cafetaleros explicaron que otro escollo para los agricultores es que las grandes industrias procesadoras y comercializadoras del café en el país, se han negado a una revisión de sus precios que pagan al pequeño productor.

La excusa de las grandes compañías es que el precio se regula en la Bolsa de Café de Arábica de Nueva York y de Robusta de Londres, donde los precios siguen a la baja con valores de 105 dólares y 103 dólares las cien libras o quintal de café.

Debido a este escenario de crisis por la importación de Brasil, los dirigentes han pedido la salida del secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, porque desde su gestión se promueve cada vez más la siembra del café robusta y el uso de insecticidas peligrosos para la salud.

Esto en referencia al uso del glifosato, el cual está prohibido en diferentes países del mundo, pero que en México se pretende extender el período de retiro. Un hecho que atenta contra la política federal de producción saludable de alimentos.

 

 

 

 

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