Hawái y el Pacífico Central podrían experimentar más tormentas de lo normal durante la temporada de huracanes de este año según indicaron los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes.
Por Redacción MiamiDiario
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica espera de cinco a ocho ciclones tropicales con nombre en la región desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, reportó VOA.
El director del Centro de Huracanes del Pacífico Central de NOAA, Chris Brenchley, también dijo el miércoles que las condiciones de El Niño aumentarán la temperatura del agua y contribuirán a la actividad de las tormentas.
Además, NOAA predice que la cizalladura del viento, que a menudo rompe las tormentas, será más débil de lo normal.
Hubo seis tormentas tropicales con nombre en la región en 2018. Todas se convirtieron en huracanes. El huracán Lane, de categoría 5, amenazó Oahu en agosto, antes de desviarse de la isla y debilitarse.
Los límites de la temporada de huracanes en el Atlántico se pusieron en marcha en el año 1965, cuando aún no había satélites geoestacionarios, que llegaron un año después. Desde entonces abarca del 1 de junio al 30 de noviembre y, en ese lapso, acoge el 97% de los ciclones tropicales del Atlántico. Cuando los meteorólogos estadounidenses propusieron esas fechas no tenían herramientas de observación avanzadas y, además, la idea de calentamiento global ni existía, pues el ámbito científico empezó a tomar conciencia a mediados de los años setenta.
Desde que empezó el siglo XXI se ha observado que la primera tormenta nombrada en el Atlántico cada vez aparece antes. En los últimos 19 años ha llegado en mayo en siete ocasiones; entre 1969 y el año 2000 solo precedió al inicio de la temporada en cinco. Algo está cambiando. Por eso, y porque desde el año 1971 también se contemplan las tormentas subtropicales, que suelen aparecer por estas fechas, el Centro Nacional de Huracanes de EEUU afirma que conviene trasladar el inicio de temporada al 15 de mayo.
Hace unos meses el meteorólogo estadounidense Jeff Masters declaró la necesidad de ampliar la escala de huracanes para que incluya la categoría 6. Desde finales de los años sesenta se viene utilizando la Escala de Huracanes Saffir-Simpson que clasifica a los ciclones tropicales del 1 al 5 según la intensidad del viento sostenido. Algunas proyecciones de cambio climático auguran huracanes cada vez más potentes y devastadores, que podrían empequeñecer la categoría 5 (la máxima) hasta el punto de necesitar una superior.
