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¡Del cielo al infierno! Así pasan Emma Coronel y el “Chapo” Guzmán sus días en la cárcel

Lejos de la vida lujosa, Emma Coronel Aispuro y su esposo Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, ahora viven en condiciones de deterioro, con frío, pocas posibilidades de higiene y comida de la prisión; pero aún más que eso, sin poder abrazar a sus gemelas, sus madres ni hermanos. La pareja contrajo matrimonio en 2007, en […]

Por Allan Brito
¡Del cielo al infierno! Así pasan Emma Coronel y el “Chapo” Guzmán sus días en la cárcel
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Lejos de la vida lujosa, Emma Coronel Aispuro y su esposo Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, ahora viven en condiciones de deterioro, con frío, pocas posibilidades de higiene y comida de la prisión; pero aún más que eso, sin poder abrazar a sus gemelas, sus madres ni hermanos.

La pareja contrajo matrimonio en 2007, en la sierra de Canelas, Durango, donde el narcotraficante se escondía de la justicia, reportó Infobae.

Una bella joven de 17 años fue coronada como reina del “Festival del café y la guayaba” cuando Guzmán Loera se obsesionó con ella tras acudir en varias visitas a la casa de la familia Coronel Aispuro, pues el padre de Emma, Inés Coronel Barrera, era un productor de marihuana y amapola que pasaba por ganadero en la región.

Si bien, el líder del Cártel de Sinaloa pasó la gran parte de su carrera criminal huyendo y después de Emma Coronel se relacionó con varias amantes, no quedaba duda que las ganancias por venta de drogas les eran provechosas.

Ropa de marca, autos deportivos de alta gama, armas personalizadas con incrustaciones de diamantes o bañadas en oro, fiestas de cumpleaños costosas para sus hijas y una que otra excentricidad de la llamada narcocultura formaban parte de ese mundo.

Ahora están en la prisión

Pero ahora, los días de Emma Coronel transcurren en una celda muy pequeña, sin acceso a patios exteriores para respirara aire fresco y con visitas limitadas a un salón diminuto donde puede hacer llamadas a sus familiares más cercanos y abogados. Se baña cada cuatro días y ve una hora de televisión. Por las noches se cobija con una manta muy delgada y con las luces dándole en el rostro todo el tiempo.

Debe tomar el agua de la llave, algo que al principio le causó náuseas, por el sabor tan repugnante, según contó su abogada Mariel Colón Miró en una entrevista televisiva. Pese a que ha podido llamar a sus hijas en dos ocasiones y eso la ha reanimado, el porvenir para la esposa del Chapo se vislumbra complicado, porque podría cooperar con las autoridades y exponerse a represalias, o no delatar a nadie y ser condenada a diez años de cárcel como pena mínima.

Mientras tanto, el Chapo Guzmán paga una cadena perpetua en la cárcel de máxima seguridad ADX Florence y no está contentó con el aislamiento extremo que vive ahí.

“Está prácticamente sentado inactivo en su celda, rodeado por las mismas cuatro paredes, en un ambiente lúgubre y deshumanizador”, afirmó el periodista estadounidense Nate Gartrell, en un reportaje publicado en Vlad Tv hace un par de días.

Se le niega el contacto humano, las visitas legales, las visitas familiares e incluso el español, según los documentos legales. Su defensa ha denunciado condiciones de prisión crueles e inhumanas, cual tortura física y mental. Prácticamente está inactivo en su celda, en un ambiente de tristeza.

Entre otras quejas, los abogados dicen que los guardias le hablan en inglés, le niegan el acceso a programas de aprendizaje en español, y solo recibe dos llamadas al mes de 15 minutos de su hermana, sus hijas gemelas y su madre. También dicen que no tiene comida adecuada, le niegan los medios para limpiar su celda, además de que ha desarrollado hongos en los pies, pues todos los reclusos usan el mismo cortaúñas.

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