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Disputa entre oligarca ruso y empresario suizo develó el lado oscuro del arte

Un pleito legal entre un oligarca ruso y  un comerciante de arte suizo, por la compra de varias pinturas, incluida   una obra de Leonardo Da Vinci, ha destapado el lado oscuro que tiene el arte. El magnate ruso de fertilizantes Dmitry Rybolovlev persigue desde hace años a Yves Bouvier, comerciante de arte suizo a quien […]

Por Allan Brito
Disputa entre oligarca ruso y empresario  suizo develó el lado oscuro del arte
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Un pleito legal entre un oligarca ruso y  un comerciante de arte suizo, por la compra de varias pinturas, incluida   una obra de Leonardo Da Vinci, ha destapado el lado oscuro que tiene el arte.

El magnate ruso de fertilizantes Dmitry Rybolovlev persigue desde hace años a Yves Bouvier, comerciante de arte suizo a quien le compró  varias pinturas, entre ellas  un “Salvator Mundi”, del afamado pintor italiano.

Rybolovlev indicó que fue estafado por Bouvier, y por  eso ha llevado el caso  diferentes tribunales en el mundo.

El oligarca ruso alega que lo estafaron con  $ 1.000 millones por 38 obras de arte a precio exorbitante que le vendió Bouvier en el transcurso de una década. En el que estaba incluida la obra  de Da Vinci

Comerciante  suizo indicó  que fue arruinado  por la disputa

Bouvier alega que  la  larga disputa judicial con Rybolovlev arruinó sus negocios y su reputación en el negocio del arte.

Por eso el suizo ha decidido que está preparando su propia contrademanda por daños y perjuicios de $ 1.000 millones de dólares contra Rybolovlev, tras emprender acciones legales en Singapur en febrero.

Hasta ahora, los casos mantienen con empleo a un ejército de abogados y a gestores de reputación en ambos lados, ya que cada parte presenta una acusación contra otra, incluyendo reclamaciones de intimidación e intriga política.

 

Obra de Leonardo Da Vinci fue revendida

El «Salvator Mundi» se adquirió en 2005 por un consorcio de comerciantes de arte especulativo por menos de US$ 10.000.

Posteriormente, que restauraran el cuadro y lo declararan obra del maestro del Renacimiento, Bouvier lo compró por  $ 80 millones tras conseguir la ayuda de un jugador de póquer para rebajar el precio.

Pero el suizo rápidamente le revendió la obra a  Rybolovlev por $ 127,5 millones.

La transacción se hizo a través de  los instrumentos en el extranjero de ambos, según una factura que se menciona en documentos judiciales, acordando una comisión del 1%.

Ahora tocará esperar, en que deparará esta nueva disputa y cual será  el veredicto final.

 

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