El 27 de septiembre Fort Myers era un paraíso con actividades al aire libre, “todo era diversión” y podías realizar actividades al aire libre. Pero todo eso desapareció tras el impacto de del huracán Ian (categoría 4).
De acuerdo con Infobae, el enorme tamaño de ciclón, era de 500 millas con vientos de 150 millas por hora otorgándole una capacidad destructiva única. Pero además Ian avanzó sin apuro, tomándose su tiempo para destrozar todo a su paso.
Fort Myers es una zona en la que viven estadounidenses con gran poder adquisitivo y fieles a la navegación recreativa. La gran cantidad de botes en el océano logran que se viva un ambiente veraniego y de vacaciones casi todo el año.
Es considerada la ciudad de más rápido crecimiento en Estados Unidos por WalletHub y también la segunda mejor de todo el país ideal para jubilarse, de acuerdo a US News & World Report.
No obstante, ahora está devastada. Sus playas míticas, pisadas por miles de turistas, quedaron llenas de embarcaciones destruidas, en un paisaje muy distinto al que todos se habían acostumbrado: “(El huracán) Lanzaba los barcos como si fueran juguetes”, dijo Kevin Anderson, el alcalde de Fort Myers, a CNN. Hasta ahora, la catástrofe dejó 21 muertos alrededor del estado, pero se prevé que las cifras crezcan en los próximos días o incluso semanas, informó LaNacion.
Gavina Oihus, le comentó a New York Post que “fue horrible y pensé que no iba a terminar nunca”. El residente de 60 años también señaló que “cuando uno pensaba que se había calmado volvía a empezar. Nunca, nunca había sentido ráfagas de viento como las de ahora”.
Luego de producir la tercera marejada ciclónica más alta de la historia de los Cayos e inundar las playas de Naples con crecida de hasta 5 pues, los vientos destructivos golpearon salvajemente Cayo Cost. Luego afectó la Punta Gorda. El huracán fue tan fuerte que borró de la faz la famosa playa de Fort Myers y las islas de barrera del Condado de Lee.
El medio local The News Press señaló el punto de vista de dos personas que se refugiaron en el tercer piso del Estero Island Beach Club donde trabajaba uno de ellos. Ambos señalaron que su auto salió volando y la calle se convirtió en río de corriente caudalosa.
Dan Allers, del Consejo en Fort Myers Beach, comentó a CNN que nunca se hizo ilusiones con la tormenta y tampoco anticipó lo sucedido. La situación fue tan grave que los negocios de 10 años, que ya eran identificados por los residentes, también desaparecieron, así como las casas.
Otras casas fueron tragadas por el golfo de México. Ahora que el agua se retiró. Se trata de una prueba de que este poderoso huracán pasó por ahí. Cerca de 2.6 millones de personas se quedaron in electricidad en Florida.
Los refugios están funcionando y los rescatistas hacen lo propio para salvar vidas
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