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Investigadores realizan experimento para estudiar el cerebro de los perros

Un grupo de investigadores de la Universidad de Emory en Atlanta realizó un estudio con dos perros para conocer cómo piensan los caninos. El director de este proyecto, Grefgory Berns, profesor de psicología, explicó que “los perros poseen su propia consciencia, y esta puede afectar física y emocionalmente a los seres humanos”. Estudio En primer lugar, los investigadores […]

Por Allan Brito
Investigadores realizan experimento para estudiar el cerebro de los perros
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Un grupo de investigadores de la Universidad de Emory en Atlanta realizó un estudio con dos perros para conocer cómo piensan los caninos.

El director de este proyecto, Grefgory Berns, profesor de psicología, explicó que “los perros poseen su propia consciencia, y esta puede afectar física y emocionalmente a los seres humanos”.

Estudio

En primer lugar, los investigadores grabaron un vídeo de 30 minutos con una cámara para simular la perspectiva del mundo de un perro.

El contenido del video está centrado en la vida de un can doméstico. En el se pueden ver a otros perros con y sin correa, perros interactuando con personas, coches pasando por la calle, premios, juguetes, o gatos, indicó el estudio publicado en Science Alert.

Después, los investigadores llevaron a los perros al escáner MRI y les colocaron un video de media hora tres veces. También hicieron lo propio con personas para comparar los resultados.

El objetivo del experimento es saber si se puede estudiar el cerebro canino mediante ese procedimiento y sí, se puede. El segundo objetivo es tratar de entender cómo ven el mundo los perros o, en términos más científicos, estudiar cómo funciona la percepción visual en el cerebro de los perros.

Según el resultado obtenido los perros interpretan el mundo de manera sutilmente diferente a los humanos. En lugar de centrarse en identificar o clasificar objetos, los perros atienden a la acción que se realiza con esos objetos.

“Los humanos estamos muy orientados a objetos”, señaló Berns. “Solo en el idioma inglés hay diez veces más sustantivos que verbos porque tenemos una particular obsesión con nombrar y diferenciar las cosas. Sin embargo, los perros parecen menos preocupados por saber qué es el objeto. En su lugar se centran en observar qué se puede hacer con él, en la acción”.

Por ejemplo: La actividad cerebral en humanos se dispara el 99% de las veces al clasificar tanto acciones como objetos. Sin embargo, en el cerebro canino la identificación de acciones es la que dispara picos de actividad el 88% de las veces. La razón de esto no está clara.

Otra hipótesis está relacionada con el olfato. Los perros tienen un sentido del olfato mucho más desarrollado que los humanos, y de hecho la parte de su cerebro involucrada en procesar la información olfativa es también mucho mayor. Es posible que la detección y clasificación de objetos en el cerebro canino se realice por el olor y no por su aspecto visual. Esa parte es más difícil de demostrar en un experimento con MRI como este, pero como el propio Berns acota: “Solo el hecho de que ya hayamos podido realizar este es destacable”.

Fuente: Science Alert

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