No será fácil salir de la crisis de la pandemia y enfrentar la creciente competencia de China para Estados Unidos. Sin embargo, el presidente Joe Biden tiene su plan para reactivar la economía bien estructurado. Cuenta con dos partes y entre ambos suman aproximadamente cuatro billones de dólares, para reconstruir la economía.
El primer segmento, denominado Plan de Empleo Americano, comprende un paquete de estímulos de 1,9 billones de dólares que ya fue aprobado por el Congreso.
La segunda parte del plan para reactivar la económia fue presentado el miércoles en un discurso que pronunció Biden en un centro de formación del Sindicato de Carpinteros en las afueras de Pittsburgh, la apuesta de modernización más importante desde el New Deal de Roosevelt y la reconstrucción de infraestructura más grande desde que Eisenhower levantó la red de autopistas que conectaron a todo el país en los años 50. Según reseñó Infobae.
El presidente de Estados Unidos, Joe #Biden, anuncia un plan de inraestructuras en Pittsburgh, en Pensilvania https://t.co/f7785YEivy
— Reuters Latam (@ReutersLatam) March 31, 2021
Son 32.000 kilómetros de rutas y autopistas, la reparación de unos 10.000 puentes y la construcción de quinientas mil estaciones de recarga de coches eléctricos. Todo este plan para reactivar la economía se hará en los próximos ocho años y creará millones de puestos de trabajo.
“No es un plan que se ande con chiquitas”, dijo Biden en su discurso. “¿Es grande? Sí. ¿Es audaz? Sí. Y ¿podemos conseguirlo? Sí”. Bueno, todo va a depender de la oposición republicana en el Congreso que le hará la vida imposible antes de largar semejante cantidad de dinero. En Washington dicen que será uno de los proyectos más disputados de la Historia.
Además de la red vial, contempla modernizar la red eléctrica, el suministro de agua y el acceso a la banda ancha de Internet con la nueva tecnología 5G. También se van a reconstruir dos millones de casas y edificios, escuelas y guarderías. Y todo con un amplio trabajo de innovación en el diseño y la tecnología. Tal vez, la iniciativa más ambiciosa es la que terminaría con los autos a combustible y la histórica dependencia de Estados Unidos al petróleo. La “revolución del coche eléctrico” prevé sustituir al menos un 20% de los autobuses de transporte escolar. Algo esencial para acompañar la renovación total del parque automotor por coches que no producen gases de efecto invernadero.
La parte más complicada es que Biden asegura que va a financiar todo esto con un aumento de impuestos a las grandes corporaciones que pasarán del 21% actual al 28%. Obviamente, esto tendrá una gran oposición que pondrá a prueba su capacidad de negociación.
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